DOMINGO 33º DEL TIEMPO ORDINARIO
(Continuación)
Todo ha comenzado cuando el Señor ha anunciado la destrucción del templo y los discípulos, pensando que si el templo desaparecerá es porque “el Reino de Dios” se va a implantar en este mundo, y preguntan: “…Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas?, ¿y cuál será el signo de que todo esto está para cumplirse?” (Mc. 13,1-4). La referencia que hace Jesús al cataclismo cósmico: “…el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán” (Mc. 13,24-25): El sol, la luna, las estrellas,… son las imágenes de las divinidades paganas de aquella época. Se nos dice que desaparecerán; también llegará el momento que nuestros propios ídolos “pasarán”, se acabarán.
Anteriormente, nos ha hablado de una “…gran angustia,…” (Mc. 13,24): El discípulo de Jesús en muchas ocasiones se siente incomprendido, menospreciado,… incluso, señalado y perseguido,… hasta el miedo y la tribulación. ¿Has sentido en alguna ocasión incomprensión, burlas, persecución,… por tu fe? ¿Has sido capaz de rezar por aquellos que no han aceptado tu testimonio? Y añade: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mc. 13,31): Y hemos visto doctrinas, enseñanzas, argumentos contrarios a nuestra fe que han sucumbido. Una afirmación de Jesús que nos debe hacer crecer en la fe y en la esperanza.
Momentos antes, recordando lo dicho por el profeta Daniel (Dan. 7,13 ss.), describe el Señor esa llegada definitiva del Señor: “Entonces verán venir al Hijo del hombre…” (Mc. 13,26-27) y añade la parábola de la higuera con su escueta explicación (Mc. 13,28-29). “…él está cerca,…” (Mc. 13,29): Él está presente entre nosotros, está en los sacramentos, está en su Palabra proclamada y meditada, está en el Sagrario, está en las tareas cotidianas y en los avatares de la vida, está en el prójimo,… está actuando y salvando,… ¿Siento esta presencia del Señor?
Y terminaba diciéndonos: “En cuento al día y la hora, nadie lo conoce,… solo el Padre” (Mc. 13,32): Nadie sabemos ni cuándo ni cómo será el final de la historia, pero sí sabemos que un día la historia de este mundo se acabará para cada uno de nosotros,… nuestra muerte. No quiero referirme aquí tanto al vivir para el bien morir, como al vivir con intensidad, con gozo, con responsabilidad,… como buenos cristianos. Pidámosle a Dios que nos ayude a hacerlo.
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JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES
(Continuación)
“No podemos esperar –afirma en su mensaje para la Jornada— a que llamen a nuestra puerta, es urgente que vayamos nosotros a encontrarlos en sus casas, en los hospitales y en las residencias asistenciales, en las calles y en los rincones oscuros donde a veces se esconden, en los centros de refugio y acogida… Es importante entender cómo se sienten, qué perciben y qué deseos tienen en el corazón”.
Se trata de una exhortación especialmente oportuna justo cuando acaba de comenzar el Sínodo de los Obispos en el que, bajo el tema «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión», se abre un nuevo tiempo de discernimiento y revisión de nuestro seguimiento de Jesús como Pueblo de Dios.
Francisco ofrece en su Mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres importantes elementos de análisis para reconocer “las múltiples y demasiadas formas de desorden moral y social que generan siempre nuevas formas de pobreza”.
Como señala el Papa, “parece que se está imponiendo la idea de que los pobres no sólo son responsables de su condición, sino que constituyen una carga intolerable para un sistema económico que pone en el centro los intereses de algunas categorías privilegiadas”. “Se asiste así –añade— a la creación de trampas siempre nuevas de indigencia y exclusión, producidas por actores económicos y financieros sin escrúpulos, carentes de sentido humanitario y de responsabilidad social”.
Para ello, el Santo Padre urge a abordar “un enfoque diferente de la pobreza, un reto que los gobiernos y las instituciones mundiales deben afrontar con un modelo social previsor, capaz de responder a las nuevas formas de pobreza que afectan al mundo y que marcarán las próximas décadas de forma decisiva”. “Si se margina a los pobres, como si fueran los culpables de su condición, entonces –alerta— el concepto mismo de democracia se pone en crisis y toda política social se vuelve un fracaso”.
Asimismo, el papa Francisco invita en esta V Jornada Mundial a aumentar “la sensibilidad para comprender las necesidades de los pobres”, sobre todo cuando “en las zonas económicamente más desarrolladas del mundo se está menos dispuestos que en el pasado a enfrentarse a la pobreza y donde el estado de relativo bienestar al que se está acostumbrados hace más difícil aceptar sacrificios y privaciones”. Por ello, nos propone “estar abiertos a leer los signos de los tiempos que expresan nuevas modalidades de cómo ser evangelizadores en el mundo contemporáneo” y recordar que “la ayuda inmediata para satisfacer las necesidades de los pobres no debe impedirnos ser previsores a la hora de poner en práctica nuevos signos del amor y de la caridad cristiana como respuesta a las nuevas formas de pobreza que experimenta la humanidad de hoy”.
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EMOCIONANTE CARTA DE AGRADECIMIENTO, LLENA DE FE Y DE AMOR,
DE LOS PADRES DE LA NIÑA ATROPELLADA
(continuación)
«Aunque sea incomprensible, Nuestro Dios lo ha permitido para sacar bienes mayores», añaden, y cuentan que algunas personas alejadas de la Fe han participado en las oraciones que se convocaron tras el accidente. Les piden que perseveren y «continúen buscando al Señor para que le lleguen a conocer, amarle y dejarse amar por Él».
Álex y María son padres de otros cinco hijos, con quienes están, confiesan en «una cueva» intentando curarse unos a otros tras el mazazo. Toda la carta está empapada de espíritu sobrenatural, que ellos agradecen también a los «valores cristianos» propios del colegio al que iba la niña, perteneciente a Fomento, una institución católica vinculada al Opus Dei que cuenta con 35 centros en España y casi 25.000 alumnos.
Con la «certeza» de que la niña «está gozando más que nunca en el cielo», en la compañía de «su verdadero Padre y su verdadera Madre», Álex y María dan «gracias a Dios por estos cinco maravillosos años» que les ha dado con ella.
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