BOLETÍN PARROQUIAL No 146

BOLETÍN PARROQUIAL No 146

2 de junio de 2024

UN NUEVO CURSO

Ya hace muuuucho tiempo que no teníamos el Boletín Parroquial.

Tanto que ya no sé por dónde comenzar. Desde el último boletín del 2 de Junio, saltamos a este de 6 de Octubre. Sin duda parece que es demasiado tiempo el que hemos dejado de escribir. Pero, lo sabéis todos, la parroquia ha seguido funcionando: grupos, cofradías, celebraciones, adoraciones, obras, proyectos…

 

En fin, aquí estamos en este nuevo curso en el que la diócesis nos invita con un lema muy nuestro: “QUE LA ESPERANZA OS TENGA ALEGRES”.

Tenemos a nuestra Madre, la Virgen de la Esperanza, entre nosotros, así que, supuestamente, sabemos qué es eso de la “esperanza”.

Os anunciamos ya que, en el primer Consejo de Pastoral que tuvimos, lanzamos la idea de poder reunirnos como parroquia, todos los que queramos, para ver un poco juntos, el 26 de Octubre próximo, en ASAMBLEA PARROQUIAL, por dónde caminar juntos.

Necesitamos ideas, propuestas, iniciativas… para que nuestra parroquia pueda seguir anunciando a Nuestro Señor en estos tiempos que nos tocan vivir.

El próximo lunes nos reuniremos de nuevo para diseñar cómo va a ser este encuentro. Así que os invitamos ya a anotar en vuestra agenda ese día, 26 de Octubre, para juntarnos todos, rezar y dar pistas por dónde caminar.

Por último, desde aquí, nuestro Boletín, queremos recordar a D Gerardo Cuadra, sacerdote, que inicio su vida cristiana en nuestra parroquia, tal como figura en el libro de bautizados, y que además de celebrar durante muchos años la Eucaristía matinal cada día, tuvo a bien arreglar nuestro templo: tejado, torre, y presbiterio. Antes de fallecer, regaló a la parroquia la casulla que le hizo su madre para su ordenación. Descanse en paz y nos eche una mano desde el cielo.

 

PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2024-2025

La diócesis propone a todas las parroquias y grupos de La Rioja unas pistas para trabajar durante este nuevo curso 2024-25

 

En primer lugar, nos invitan a VIVIR EL JUBILEO 2025 “TESTIGOS DE ESPERANZA”, acercándonos de un modo especial a Dios y renovar nuestra fe; a celebrar y vivir el sacramento del perdón de forma especial; a trabajar por recuperar la dignidad de los desfavorecidos -trata de personas-; y a cuidar nuestra casa común.

En segundo lugar, vamos a seguir intentando caminar juntos con los otros, no solo con los nuestros o con “mi grupo”; vamos a cambiar nuestra forma de trabajar en las parroquias de Logroño, uniéndonos todas en un solo arciprestazgo; y nos proponen también dar más fuerza a los consejos parroquiales de pastoral y de economía.

En tercer lugar, debemos promover el tema vocacional y no solo de vocaciones al sacerdocio, sino también a la vida religiosa, contemplativa, misionera y matrimonial.

Y por último, nos ofrecen nuevos programas de formación cristiana dirigidos a todo el Pueblo de Dios: Curso de Fundamentos de la Fe; de Doctrina Social de la Iglesia; de Patrimonio Histórico; de Biblia; y de Liturgia.

 

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy, los fariseos quieren poner a Jesús nuevamente en un compromiso planteándole la cuestión sobre el divorcio. Más que dar una respuesta definitiva, Jesús pregunta a sus interlocutores por lo que dice la Escritura y, sin criticar la Ley de Moisés, les hace comprender que es legítima, pero temporal: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto» (Mc 10,5).

 

Jesús recuerda lo que dice el Libro del Génesis: «Al comienzo del mundo, Dios los creó hombre y mujer» (Mc 10,6, cf. Gn 1,27). Jesús habla de una unidad que será la Humanidad. El hombre dejará a sus padres y se unirá a su mujer, siendo uno con ella para formar la Humanidad. Esto supone una realidad nueva: dos seres forman una unidad, no como una “asociación”, sino como procreadores de Humanidad. La conclusión es evidente: «Lo que Dios unió, no lo separe el hombre» (Mc 10,9).

Mientras tengamos del matrimonio una imagen de “asociación”, la indisolubilidad resultará incomprensible. Si el matrimonio se reduce a intereses asociativos, se comprende que la disolución aparezca como legítima. Hablar entonces de matrimonio es un abuso de lenguaje, pues no es más que la asociación de dos solteros deseosos de hacer más agradable su existencia. Cuando el Señor habla de matrimonio está diciendo otra cosa. El Concilio Vaticano II nos recuerda: «Este vínculo sagrado, con miras al bien, ya de los cónyuges y su prole, ya de la sociedad, no depende del arbitrio humano. Dios mismo es el autor de un matrimonio que ha dotado de varios bienes y fines, todo lo cual es de una enorme trascendencia para la continuidad del género humano» (Gaudium et spes, n. 48).

De regreso a casa, los Apóstoles preguntan por las exigencias del matrimonio, y a continuación tiene lugar una escena cariñosa con los niños. Ambas escenas están relacionadas. La segunda enseñanza es como una parábola que explica cómo es posible el matrimonio. El Reino de Dios es para aquellos que se asemejan a un niño y aceptan construir algo nuevo. Lo mismo el matrimonio, si hemos captado bien lo que significa: dejar, unirse y devenir.

 

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

BOLETÍN PARROQUIAL No 145

BOLETÍN PARROQUIAL No 145

2 de junio de 2024

CORPUS CHRISTI

Hoy domingo celebramos este “jueves que luce más que el sol”. Y no es para menos porque si Cristo, que es nuestra Luz, nuestro Sol, sale a la calle, es capaz de irradiar todo en su esplendor.

 

Por un lado, creemos. Vivimos el reconocimiento de Jesucristo verdaderamente presente en la Forma Consagrada: Realmente es su Cuerpo. Pan de Vida eterna. Pan de Salvación.

Por otro lado, adoramos. En un mundo en el que surgen por todos los lados “diosecillos” para adorar: youtubers, me gusta, influencers, supervivientes, personajes de novelas rosas…, cómo no vamos adorar a Dios, al Dios Verdadero, que vino a nosotros, “empeque-ñeciéndose” para “engrandecernos”.

Además, comulgamos. Qué duro me resultaba escuchar de un niño de Primera Comunión decirle a su padre… “¡yo he comulgado! Y tú papá ¿por qué no?”. Comulgamos porque, aunque nos sabemos indignos de “tal manjar del cielo” (no soy digno de que entres en mi casa), Tú estás empeñado en alimentarme y sanarme.

Comulgamos porque vivimos en comunión. Todos sabemos bien que no invito a comer a una persona con la que no me llevo nada bien. Por eso es importante caer en la cuenta que Dios me invita a comulgar para que yo “comulgue con los demás”, para que yo tienda puentes que me unan a los demás en la vida de cada día.

Y Cáritas. ¡Te conocimos Señor, al partir el pan; Tú nos conoces Señor, al partir el pan! No puedo comulgar y despreocuparme de los que están en la misma mesa de la humanidad conmigo. Por eso hoy la colecta es para Cáritas Diocesana.

 

LA LIBERACIÓN DEL SER HUMANO DE CONDICIONAMIENTOS MORALES Y SOCIALES

Aunque poseemos una dignidad infinita, el libre albedrío con frecuencia prefiere el mal al bien. Por eso la libertad humana necesita a su vez ser liberada. «Para la libertad nos ha liberado Cristo» (Gálatas 5, 1).

 

Aunque poseemos una dignidad infinita, el libre albedrío con frecuencia prefiere el mal al bien. Por eso la libertad humana necesita a su vez ser liberada. «Para la libertad nos ha liberado Cristo» (Gálatas 5, 1).

La libertad es un don maravilloso de Dios. Dios nunca violenta nuestra libertad. Por eso, sería un grave error pensar que, lejos de Dios y de su ayuda, podemos ser más libres y, en consecuencia, sentirnos más dignos. La ilusión de encontrar en el relativismo moral la clave para una pacífica convivencia, es en realidad el origen de la división y negación de la dignidad de los seres humanos.

No sería realista afirmar una libertad abstracta, libre de cualquier contexto o límite. Por el contrario, «el recto ejercicio de la libertad personal exige unas determinadas condiciones», que a menudo no se cumplen.

«Algunos nacen en familias de buena posición económica, reciben buena educación, crecen bien alimentados, o poseen naturalmente capacidades destacadas. Ellos seguramente no necesitarán un Estado activo y sólo reclamarán libertad. Pero evidentemente no cabe la misma regla para una persona con discapacidad, para alguien que nació en un hogar extremadamente pobre, para alguien que creció con una educación de baja calidad y con escasas posibilidades de curar adecuadamente sus enfermedades».

Para que sea posible una auténtica libertad «tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro». La libertad, frecuentemente oscurecida por numerosos condicionamientos psicológicos, históricos, sociales, educativos y culturales, ha de ser siempre “liberada”.

 

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy, celebramos solemnemente la presencia eucarística de Cristo entre nosotros, el “don por excelencia”: «Éste es mi cuerpo (…). Ésta es mi sangre» (Mc 14,22.24). Dispongámonos a suscitar en nuestra alma el “asombro eucarístico” (San Juan Pablo II).

 

El pueblo judío en su cena pascual conmemoraba la historia de la salvación, las maravillas de Dios para con su pueblo, especialmente la liberación de la esclavitud de Egipto. En esta conmemoración, cada familia comía el cordero pascual. Jesucristo se convierte en el nuevo y definitivo cordero pascual sacrificado en la cruz y comido en Pan Eucarístico.

La Eucaristía es sacrificio: es el sacrificio del cuerpo inmolado de Cristo y de su sangre derramada por todos nosotros. En la Última Cena esto se anticipó. A lo largo de la historia se irá actualizando en cada Eucaristía. En Ella tenemos el alimento: es el nuevo alimento que da vida y fuerza al cristiano mientras camina hacia el Padre.

La Eucaristía es presencia de Cristo entre nosotros. Cristo resucitado y glorioso permanece entre nosotros de una manera misteriosa, pero real en la Eucaristía. Esta presencia implica una actitud de adoración por nuestra parte y una actitud de comunión personal con Él. La presencia eucarística nos garantiza que Él permanece entre nosotros y opera la obra de la salvación.

La Eucaristía es misterio de fe. Es el centro y la clave de la vida de la Iglesia. Es la fuente y raíz de la existencia cristiana. Sin vivencia eucarística la fe cristiana se reduciría a una filosofía.

Jesús nos da el mandamiento del amor caridad en la institución de la Eucaristía. No se trata de la última recomendación del amigo que marcha lejos o del padre que ve cercana la muerte. Es la afirmación del dinamismo que Él pone en nosotros. Por el Bautismo comenzamos una vida nueva, que es alimentada por la Eucaristía. El dinamismo de esta vida lleva a amar a los otros, y es un dinamismo en crecimiento hasta dar la vida: en esto notarán que somos cristianos.

Cristo nos ama porque recibe la vida del Padre. Nosotros amaremos recibiendo del Padre la vida, especialmente a través del alimento eucarístico.

 

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

(Todos los días a las 18,30, Santo Rosario en la Capilla del Cristo)

BOLETÍN PARROQUIAL No 144

BOLETÍN PARROQUIAL No 144

26 de mayo de 2024

DE NUEVO EL TIEMPO ORDINARIO

Tras vivir el día de Pentecostés el pasado domingo, hemos entrado una vez más en el Tiempo ordinario (en este año 2024 ya vivimos seis semanas entre Navidad y Cuaresma).
Ahora, y hasta el 1 de diciembre próximo, seguiremos nuestra vida de Fe sin celebrar algún aspecto específico de la vida de Nuestro Señor Jesucristo… sino que iremos releyendo el Evangelio según San Marcos e iremos celebrando los Sacramentos. Se trata de alimentarnos de Su Palabra y de Su Vida. Este domingo quiere ser un “homenaje” a la unidad y diversidad de Dios: Siendo diverso (tres personas solemos decir), es Uno. Dios Padre Creador, Dios Hijo Redentor y Dios Espíritu Santo Vivificador. Los tres “conviviendo” juntos… porque el Amor unifica, crea y da vida. ¿Seremos capaces de vivir unificados? Es decir, que lo que pensamos, decimos, vivimos… tengan unidad; porque si no, reinará en nosotros la “hipocresía” o la “doble vida”. Y podrán decirnos: ¡mira ése… lo que dice y lo que hace! En Dios todo es uno. ¿Seremos capaces de vivir en comunión con los demás? ¡Qué fácil es dividirnos, hacer grupos que se opongan, enzarzarnos en buscarnos las cosquillas! Qué si eres de tal o tal equipo, de tal o tal partido político, de tal o tal estilo de vida… ¿Por qué, aunque no pensemos y veamos las cosas de la misma manera… no podemos vivir juntos? En casa, abuelos, padres, hijos… tratamos de vivir unidos y eso que no somos iguales. Y comemos juntos, y compartimos los años juntos

LA DIGNIDAD, FUNDAMENTO DE LOS DERECHOS Y DE LOS DEBERES HUMANOS

Algunos proponen que es mejor utilizar la expresión “dignidad personal” (y derechos “de la persona”) en lugar de “dignidad humana” (y derechos “del hombre”), porque entienden por persona sólo “un ser capaz de razonar”. Si pensamos así… ¿qué pasaría con el niño no nacido, ni el anciano incapacitado, ni las personas con discapacidad mental?
La Iglesia, por el contrario, insiste en el hecho de que la dignidad de toda persona humana permanece independientemente de lo que pueda comprender o de su actuar libre. A veces también se abusa del concepto de dignidad humana para justificar una multiplicación arbitraria de nuevos derechos, muchos de los cuales suelen ser contrarios a los definidos originalmente y no pocas veces se ponen en contradicción con el derecho fundamental a la vida. La dignidad se identifica entonces con una libertad aislada e individualista, que pretende imponer como “derechos”, garantizados y financiados por la comunidad, ciertos deseos y preferencias que son subjetivas. Cada vez más se corre el riesgo de restringir la dignidad humana a la capacidad de decidir discrecionalmente sobre uno mismo y sobre su propio destino, independientemente del de los demás, sin tener en cuenta la pertenencia a la comunidad humana. En esta concepción la libertad no es puesta «al servicio de la persona y de su realización mediante el don de sí misma y la acogida del otro. Así pues, la dignidad del ser humano incluye también la capacidad, inherente a la propia naturaleza humana, de asumir obligaciones hacia los otros. En relación a todos los otros seres creados (no personas): “Toda criatura posee su bondad y su perfección propias […] Las distintas criaturas, queridas en su ser propio, reflejan, cada una a su manera, un rayo de la sabiduría y de la bondad infinitas de Dios. Pertenece, de hecho, a la dignidad del hombre el cuidado del ambiente, teniendo en cuenta en particular aquella ecología humana que preserva su misma existencia.

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy, la liturgia nos invita a adorar a la Trinidad Santísima, nuestro Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un solo Dios en tres Personas, en el nombre del cual hemos sido bautizados. Por la gracia del Bautismo estamos llamados a tener parte en la vida de la Santísima Trinidad aquí abajo, en la oscuridad de la fe, y, después de la muerte, en la vida eterna. Por el Sacramento del Bautismo hemos sido hechos partícipes de la vida divina, llegando a ser hijos del Padre Dios, hermanos en Cristo y templos del Espíritu Santo. En el Bautismo ha comenzado nuestra vida cristiana, recibiendo la vocación a la santidad. El Bautismo nos hace pertenecer a Aquel que es por excelencia el Santo, el «tres veces santo» (cf. Is 6,3).
El don de la santidad recibido en el Bautismo pide la fidelidad a una tarea de conversión evangélica que ha de dirigir siempre toda la vida de los hijos de Dios: «Ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1Tes 4,3). Es un compromiso que afecta a todos los bautizados. «Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad» (Concilio Vaticano II, Lumen gentium, n. 40). Si nuestro Bautismo fue una verdadera entrada en la santidad de Dios, no podemos contentarnos con una vida cristiana mediocre, rutinaria y superficial. Estamos llamados a la perfección en el amor, ya que el Bautismo nos ha introducido en la vida y en la intimidad del amor de Dios. Con profundo agradecimiento por el designio benévolo de nuestro Dios, que nos ha llamado a participar en su vida de amor, adorémosle y alabémosle hoy y siempre. «Bendito sea Dios Padre, y su único Hijo, y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia de nosotros» (Antífona de entrada de la misa).

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

(Todos los días a las 18,30, Santo Rosario en la Capilla del Cristo)

6ª JORNADA PRO ORANTIBUS

Hoy miramos a las monjas y monjes de clausura. Ellas tienen en sus vidas y en sus corazones al Dios UNO. Si las visitamos, las descubriremos llenas de Alegría y de Paz. Hoy oremos por ellas. ¡Ellas ya oran continuamente por nosotros!

 

BOLETÍN PARROQUIAL No 143

BOLETÍN PARROQUIAL No 143

LA ASCENSION DEL SEÑOR

Todos buscamos crecer, progresar, y superarnos. Pretendemos ir madurando poco a poco y en no pocas ocasiones esperamos alcanzar la plenitud. Es como la semilla que crece; es como el camino de Santiago en el que se van atravesando etapas; es como la meta que se espera.

Pero, el ser humano, sin embargo, nunca llega a alcanzar la madurez que persigue. Aceptémoslo: la vida es un proyecto que vamos perfilando… pero que nunca se acaba.

Sin embargo, qué importante es tener presente la meta, la promesa, aquello que queremos alcanzar. ¿Qué esperas alcanzar?

Que no se nos olvide que, si “queremos alcanzar algo”, tenemos que trabajar para llegar a ello: es un quehacer diario. No estamos diseñados por Dios desde ya, aunque estemos siempre en sus manos. El no nos obliga a hacer un recorrido concreto, aunque optemos por lo que optemos, Él seguirá pendiente de nosotros. ¡Tanto es su Amor!

La Ascensión que celebramos hoy, tiene mucho de “subir” -¡cuánto nos cuesta a veces ascender!-; tiene mucho de “seguir al guía” -¡cuántas veces le dejamos para irnos a otros derroteros!-; tiene mucho de “contemplar desde la cima otras cimas” -¡cuántas veces no vemos más allá de dos palmos”!-; y tiene mucho de “volver a bajar” -¡cuántas veces nos quedamos mirando al cielo esperando a… no sé qué!-

¡Venga!, ¡va!, ¡id y haced discípulos!

LA BIBLIA Y LA DIGNIDAD DE TODO SER HUMANO

La Revelación bíblica enseña que todos los seres humanos poseen una dignidad intrínseca porque han sido creados a imagen y semejanza de Dios: «Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” […] Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó» (Gen 1, 26-27).

Ser creados a imagen de Dios significa, por tanto, que poseemos un valor sagrado en nuestro interior que trasciende toda distinción sexual, social, política, cultural y religiosa. Nuestra dignidad nos es dada, no es pretendida ni merecida. Todo ser humano es amado y querido por Dios por sí mismo y, por tanto, es inviolable en su dignidad.

Dios es quien escucha el clamor de los pobres; del huérfano, de la viuda y del extranjero. Y quien cree en Dios debe defender a los débiles y necesitados: «proteged al desvalido y al huérfano, haced justicia al humilde y al necesitado, defended al pobre y al indigente, sacándolos de las manos del culpable» (Sal 82, 3-4).

Jesús nació y creció en condiciones humildes y reveló la dignidad de los necesitados; devolvió la dignidad a los “descartados” o a los considerados al margen de la sociedad: los recaudadores de impuestos, las mujeres, los niños, los leprosos, los enfermos, los extranjeros, las viudas. Él sana, alimenta, defiende, libera, salva.

Cristo glorioso juzgará en función del amor al prójimo, y todo cristiano debe comportarse según las exigencias de la dignidad y el respeto de los derechos de todos los seres humanos (Romanos 13,8-10), según el mandamiento nuevo de la caridad.

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy en esta solemnidad, se nos ofrece una palabra de salvación como nunca la hayamos podido imaginar. El Señor Jesús no solamente ha resucitado, venciendo a la muerte y al pecado, sino que, además, ¡ha sido llevado a la gloria de Dios! Por esto, el camino de retorno al Padre, aquel camino que habíamos perdido y que se nos abría en el misterio de Navidad, ha quedado irrevocablemente ofrecido en el día de hoy, después que Cristo se haya dado totalmente al Padre en la Cruz.

¿Ofrecido? Ofrecido, sí. Porque el Señor Jesucristo, antes de ser llevado al cielo, ha enviado a sus discípulos amados, los Apóstoles, a invitar a todos los hombres a creer en Él, para poder llegar allá donde Él está. «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará» (Mc 16,15-16).

Esta salvación que se nos da consiste, finalmente, en vivir la vida misma de Dios, como nos dice el Evangelio según san Juan: «Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo» (Jn 17,3).

Pero aquello que se da por amor ha de ser aceptado en el amor para poder ser recibido como don. Jesucristo, pues, a quien no hemos visto, quiere que le ofrezcamos nuestro amor a través de nuestra fe, que recibimos escuchando la palabra de sus ministros, a quienes sí podemos ver y sentir. «Nosotros creemos en aquel que no hemos visto. Lo han anunciado aquellos que le han visto. (…) Quien ha prometido es fiel y no engaña: no faltes en tu confianza, sino espera en su promesa. (…) ¡Conserva la fe!» (San Agustín). Si la fe es una oferta de amor a Jesucristo, conservarla y hacerla crecer hace que aumente en nosotros la caridad.

¡Ofrezcamos, pues, al Señor nuestra fe!

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

(Todos los días a las 18,30, Santo Rosario en la Capilla del Cristo)

 

SAN ISIDRO

El día 15 celebramos la fiesta de San Isidro, patrón de los labradores. Despiés de la misa de las 12,00 se hará la procesión y bendición de los campos. Junto con la imagen de San Isidro, participará la imagen de la Virgen de la Esperanza.

Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza

El día 19 a las 19,00, la Eucaristía será presidida por nuestro obispo para clausurar el 75 Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza como patrona de la ciudad de Logroño.

BOLETÍN PARROQUIAL No 142

BOLETÍN PARROQUIAL No 142

DAR ESPERANZA EN LA TRISTEZA

Convertiré su tristeza en gozo, los alegraré y aliviaré sus penas” (Jer 31, 13)

Este año pensamos y oramos por aquellas personas que padecen diversas formas de sufrimiento psicológico. 

Este año pensamos y oramos por aquellas personas que padecen diversas formas de sufrimiento psicológico.

“El primer cuidado del que tenemos necesidad en la enfermedad es el de una cercanía llena de compasión y de ternura. Por eso, cuidar al enfermo significa, ante todo, cuidar sus relaciones; todas sus relaciones; con Dios, con los demás —familiares, amigos, personal sanitario—, con la creación y consigo mismo”. Sólo la amistad fiel y la cercanía fraterna pueden ofrecerles el “agua fresca” de la esperanza, que eleva y consuela.

La fe y la oración nos abren a la esperanza que permite no sucumbir ante la tristeza y el, sufrimiento, “hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, como una secreta, pero firme confianza, aun en medio de las peores angustias”.

Orar con los enfermos y orar por los enfermos. Que puedan constatar que no están solos ni abandonados, ni su vida es inútil, que son los llamados por Cristo, viva y transparente imagen de cada uno de ellos. Como Cristo está delante del rostro de Dios y pide por mí, así cada uno presentamos delante de Dios a los enfermos. Ninguna lágrima, ni de quien sufre ni de quien está a su lado, se pierde delante de Dios. Vosotros, los enfermos, sois los hermanos de Cristo paciente, y con El, si queréis, salváis al mundo”. 

DIGNIDAD INFINITA

Desde Roma, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, nos presenta una Declaración sobre la Dignidad Humana. Vamos a ir presentando los puntos fundamentales para que nos ayuden a reflexionar, en medio de opiniones de todo tipo, y a formar nuestra conciencia.
Todos empleamos la palabra dignidad / indignidad, digna / indigna, con relativa frecuencia, pero hay que diferenciar las expresiones y evitar malentendidos.
“Esta persona es indigna”. Es la dignidad moral. Con esta expresión estamos hablando de personas que, ejerciendo su libertad, llegan a hacer el mal a otros, e incluso en contra de ellas mismas: se comportan de un modo que “no es digno”. Es la dignidad moral la que han perdido con sus acciones.
“Esta persona está viviendo en condiciones indignas”. Es la dignidad social. Son las condiciones en las que vive una persona. Por ejemplo, alguien que vive en la pobreza extrema, sin condiciones mínimas. Es la dignidad social la que les falta, pero no pierde su dignidad primera.
“Su vida es tan terrible que no vive dignamente”. Es la dignidad existencial. Esta dignidad puede fallar. Es el caso de personas que viven situaciones difíciles: viven difícilmente sin paz, ni alegría, ni esperanza; o atraviesan graves enfermedades, adicciones, o situaciones familiares violentas… Es la dignidad existencial la que falla, pero no pierden su dignidad primera.
“Toda persona es digna y posee su dignidad por encima de todo”. Esta es la GRAN DIGNIDAD DE LA PERSONA (dignidad ontológica): es aquella que tiene la persona como tal por el mero hecho de existir y haber sido querida, creada y amada por Dios. Esta dignidad no puede nunca ser eliminada y permanece válida por encima de cualquier circunstancia o juicio..

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy celebramos el último domingo antes de las solemnidades de la Ascensión y Pentecostés, que cierran la Pascua. Si a lo largo de estos domingos Jesús resucitado se nos ha manifestado como el Buen Pastor y la vid a quien hay que estar unido como los sarmientos, hoy nos abre de par en par su Corazón.

Naturalmente, en su Corazón sólo encontramos amor. Aquello que constituye el misterio más profundo de Dios es que es Amor. Todo lo que ha hecho desde la creación hasta la redención es por amor. Todo lo que espera de nosotros como respuesta a su acción es amor. Por esto, sus palabras resuenan hoy: «Permaneced en mi amor» (Jn 15,9). El amor pide reciprocidad, es como un diálogo que nos hace corresponder con un amor creciente a su amor primero.

Un fruto del amor es la alegría: «Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros» (Jn 15,11). Si nuestra vida no refleja la alegría de creer, si nos dejamos ahogar por las contrariedades sin ver que el Señor también está ahí presente y nos consuela, es porque no hemos conocido suficientemente a Jesús.

Dios siempre tiene la iniciativa. Nos lo dice expresamente al afirmar que «yo os he elegido» (Jn 15,16). Nosotros sentimos la tentación de pensar que hemos escogido, pero no hemos hecho nada más que responder a una llamada. Nos ha escogido gratuitamente para ser amigos: «No os llamo ya siervos (…); a vosotros os he llamado amigos» (Jn 15,15).

En los comienzos, Dios habla con Adán como un amigo habla con su amigo. Cristo, nuevo Adán, nos ha recuperado no solamente la amistad de antes, sino la intimidad con Dios, ya que Dios es Amor.

Todo se resume en esta palabra: “amar”. Nos lo recuerda san Agustín: «El Maestro bueno nos recomienda tan frecuentemente la caridad como el único mandamiento posible. Sin la caridad todas las otras buenas cualidades no sirven de nada. La caridad, en efecto, conduce al hombre necesariamente a todas las otras virtudes que lo hacen bueno».

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

(Todos los días a las 18,30, Santo Rosario en la Capilla del Cristo)

 

BOLETÍN PARROQUIAL No 141

BOLETÍN PARROQUIAL No 141

SEGUIMOS EN EL TIEMPO DE PASCUA

El tiempo de Pascua dura 50 días. ¡Aún nos quedan 21 días!

El Resucitado nos invita en este tiempo pascual a abrir las ventanas de la cabeza, del corazón y de la vida. Que el aire nuevo nos sacuda, que renueve los rincones de penas y rencores archivados, que cambie el aroma de nuestra casa porque el Resucitado nos llenará de esperanza y amor. 

El Resucitado nos regala unos ojos nuevos y una nueva manera de entender todas las cosas. Piensa en aquello que está bloqueado aún en tu corazón. Piensa en aquello que te encantaría que cambiara en Ti. ¡Preséntaselo al Señor! ¡Déjale hacer a Él!

No seamos cristianos viejos, cristianos del “no hay nada que hacer”.

No nos demos por vencidos por la idea de que la Iglesia se hace vieja, o por aquella frase que solemos decir: “banco de la iglesia que se vacía… ya no se vuelve a llenar”.

El Espíritu de Dios es capaz de hacer nuevas todas las cosas.

PERMANEZCAMOS EN ÉL…
Y DAREMOS FRUTO

LA UNCIÓN DE ENFERMOS

El próximo domingo 5,vamos a celebrar la Pascua del Enfermo. Es un día especial, en medio de la Pascua, para:

– acordarnos de los enfermos

– orar por ellos

– también orar por los que los cuidan: familiares, amigos y personal sanitario

El próximo domingo, ya desde la Eucaristía de la tarde, impondremos a cuantos deseéis el Sacramento de la Unción de Enfermos.

Hay momentos en la vida en los que nos puede el maligno. Unas veces fruto de nuestro “mal hacer” (pensamiento, palabra, obra u omisión) y, en esos casos, acudimos al Sacramento de la Penitencia.

Pero otras veces es la debilidad de nuestro cuerpo la que se impone y parece vencernos, y, en esos casos, acudimos al Sacramento de la Unción de los enfermos.

Este Sacramento lo podemos recibir más de una vez; no es la “extrema unción”, porque solo Dios sabe lo que hace y cuando nos llegará el final (¡ni siquiera los médicos!); y lo pueden recibir tanto aquellas personas que son ya mayores, como aquellas que se sienten débiles por una enfermedad.

Así que los que os veáis necesitados de la “ayuda del Señor con la gracia del Espíritu Santo”, de la “liberación de los pecados”, de la “salvación” y del “consuelo en la enfermedad”, podréis recibir este Sacramento en cada una de las Eucaristías del domingo que viene, 5 de mayo, después de la homilía.

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy, el Evangelio presenta la alegoría de la vid y los sarmientos. Cristo es la verdadera vid, nosotros somos los sarmientos y el Padre es el viñador.

El Padre quiere que demos mucho fruto. Es lógico. Un viñador planta la viña y la cultiva para que produzca fruto abundante. Si nosotros montamos una empresa, querremos que rinda. Jesús insiste: «Yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto» (Jn 15,16).

Eres un elegido. Dios se ha fijado en ti. Por el bautismo te ha injertado en la viña que es Cristo. Tienes la vida de Cristo, la vida cristiana. Posees el elemento principal para dar fruto: la unión con Cristo, porque «el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid» (Jn 15,4). Jesús lo dice taxativamente: «Separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). «Su fuerza no es sino suavidad; nada hay tan blando como esto, y nada como esto tan firme» (San Francisco de Sales). ¿Cuántas cosas has querido hacer sin Cristo? El fruto que el Padre espera de nosotros es el de las buenas obras, el de la práctica de las virtudes. ¿Cuál es la unión con Cristo que nos hace capaces de dar este fruto? La fe y la caridad, es decir, permanecer en gracia de Dios

Cuando vives en gracia, todos los actos de virtud son frutos agradables al Padre. Son obras que Jesucristo hace a través tuyo. Son obras de Cristo que dan gloria al Padre y se convierten en cielo para ti. ¡Vale la pena vivir siempre en gracia de Dios! «Si alguno no permanece en mí [por el pecado], es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego (…) los echan al fuego y arden» (Jn 15,6). Es una clara alusión al infierno. ¿Eres como un sarmiento lleno de vida?

Que la Virgen María nos ayude a aumentar la gracia para que produzcamos frutos en abundancia que den gloria al Padre.

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

(Todos los días a las 18,30, Santo Rosario en la Capilla del Cristo)

 

DÍA DE LA MADRE

En el calendario litúrgico católico, mayo es tradicionalmente el mes de María. Como la naturaleza en mayo, por así decirlo, despierta después del invierno, así también la existencia cristiana refleja la revitalización de la vida. A la Virgen María se la relaciona con la renovación de las cosas y el comienzo de una nueva y fructífera estación.

A finales del siglo XIX, el Día de la Madre empezó a celebrarse en Occidente con el deseo de honrar la memoria de nuestra propia madre. La celebración del Día de la Madre en mayo es una oportunidad” para honrar a la Madre por excelencia, la Virgen María

BOLETÍN PARROQUIAL No 140

BOLETÍN PARROQUIAL No 140

LOS HIJOS, LAS FAMILIAS, LAS VOCACIONES

Este domingo, dentro de la Pascua, seguimos celebrando la Vida del Resucitado. El jueves pasado, día 18, celebrábamos una vez más la Virgen de la Esperanza. Y fue una gozada porque la Eucaristía de la tarde estuvo llena de niños que vinieron del colegio Marianista de Logroño. Se les ocurrió la maravillosa idea de presentar los niños que van a hacer su Primera Comunión a nuestra Patrona. Cantaron, rezaron y “pasaron por la Virgen”.

Además, hubo una familia que confió a la Madre el hijo que está por venir. Y también hubo algunos pequeños que también fueron presentados como cada 18 de mes.

El fin de semana pasado tuvimos un Retiro con 38 jóvenes, tal como podéis leer en la página siguiente.

Y este fin de semana estamos celebrando el Cursillo de preparación para novios que quieren casarse. Esto da un colorido a la Iglesia del que no cabe más que maravillarnos. Donde hay familia, hijos, jóvenes, novios… hay Esperanza.

Y este domingo celebramos la campaña de las Vocaciones Nativas. En el mundo, hay jóvenes, chicos y chicas, que quieren entregarse a Dios como religiosos, sacerdotes… Pero no tienen medios económicos para pagarse sus estudios. Nosotros, vamos a orar por ellos, y vamos a hacer la colecta especial.

Seguiremos anunciando a Cristo entre los niños y jóvenes, y, aunque parezca que no obtenemos frutos, Dios sigue haciéndose presente en las familias. Ahí, seguro, saldrán vocaciones. Incluso en nuestra iglesia de occidente.

LOS JOVENES DE EFFETA

Qué gozada lo que vivimos el fin de semana pasado en la Casa de Convivencias de los Maristas, en Lardero.

Nos reunimos 90 personas, de los cuales 12 éramos adultos y los otros 78 jóvenes entre 18 y 30 años.

De estos jóvenes, 38 se “lanzaron” a vivir el Retiro que se llama EFFETA. Desde el viernes a las 6 de la tarde, hasta el domingo a las 8 de la noche, se fueron sorprendiendo desde la acogida, los aperitivos, las dinámicas, los testimonios de otros jóvenes, las canciones y las celebraciones vividas en “modo joven”.

Y como todo Retiro en el que el centro es Jesucristo, su Espíritu Santo estuvo paseándose en medio de todos y entrando en el corazón de cada uno de ellos, según Él quería.

La preparación del Retiro fue muy intensa y muy bien llevada adelante por los que se “lanzaron” a ofrecer “algo” a los jóvenes más allá de lo que nuestra sociedad le ofrece.

No fue necesario irse lejos; tampoco visitar tal o cual lugar; tampoco hacer alguna actividad arriesgada; ni tampoco darle al “botellón” y sus mezclas o a las “adiciones”.

El centro, Cristo; la fuerza, la oración de muchísimas personas, entre ellas muchas monjas y monjes de clausura.

Los mismos jóvenes expresaron lo que vivieron con palabras: dudas iniciales sobre si ir o no ir al Retiro; extrañeza al llegar; ojos abiertos en medio de tanta gente desconocida; sorprendidos por tanta sonrisa y buen ambiente; escucha atenta; mirarse hacia dentro; sentimientos a flor de piel; y caer en la cuenta del Amor de Dios, de Cristo presente y del Espíritu que nos empuja.

No tengo miedo de la libertad, no tengo miedo, Señor, de la vida, me quiero entregar… 

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy celebramos el domingo del Buen Pastor. En primer lugar, la actitud de las ovejas ha de ser la de escuchar la voz del pastor y seguirlo. Escuchar con atención, ser dóciles a su palabra, seguirlo con una decisión que compromete a toda la existencia: el entendimiento, el corazón, todas las fuerzas y toda la acción, siguiendo sus pasos.

Por su parte, Jesús, el Buen Pastor, conoce a sus ovejas y les da la vida eterna, de tal manera que no se perderán nunca y, además, nadie las quitará de su mano. Cristo es el verdadero Buen Pastor que dio su vida por las ovejas (cf. Jn 10,11), por nosotros, inmolándose en la cruz. Él conoce a sus ovejas y sus ovejas le conocen a Él, como el Padre le conoce y Él conoce al Padre. No se trata de un conocimiento superficial y externo, ni tan sólo un conocimiento intelectual; se trata de una relación personal profunda, un conocimiento integral, del corazón, que acaba transformándose en amistad, porque ésta es la consecuencia lógica de la relación de quien ama y de quien es amado; de quien sabe que puede confiar plenamente.

Es Dios Padre quien le ha confiado el cuidado de sus ovejas. Todo es fruto del amor de Dios Padre entregado a su Hijo Jesucristo. Jesús cumple la misión que le ha encomendado su Padre, que es la cura de sus ovejas, con una fidelidad que no permitirá que nadie se las arrebate de su mano, con un amor que le lleva a dar la vida por ellas, en comunión con el Padre porque «Yo y el Padre somos uno» (Jn 10,30).

Es aquí precisamente donde radica la fuente de nuestra esperanza: en Cristo Buen Pastor a quien queremos seguir y la voz del cual escuchamos porque sabemos que sólo en Él se encuentra la vida eterna. Aquí encontramos la fuerza ante las dificultades de la vida, nosotros, que somos un rebaño débil y que estamos sometidos a diversas tribulaciones. 

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

(Todos los días a las 18,30, Santo Rosario en la Capilla del Cristo)

 

..La parroquia publica también cada semana este Boletín Informativo digital que se distribuye por WhatsApp. Si quiere recibirlo envíe un mensaje al teléfono 636510356. 

BOLETÍN PARROQUIAL No 139

BOLETÍN PARROQUIAL No 139

COMER CON JESUCRISTO

No sé si hemos caído en la cuenta de que Jesucristo, cuando se aparece a sus discípulos tras su vida, pasión y muerte, cuando ha resucitado… aparece comiendo con los suyos.

Para nosotros, riojanos, que tenemos la buena costumbre de sentarnos a comer con nuestros familiares y amigos con frecuencia, la comida en común es algo más que satisfacer la necesidad de alimentarnos para vivir o algo más que degustar un buen plato.

Comer con alguien es compartir vida, deseos, proyectos… Comer con alguien es decirle que le queremos, le estimamos y forma parte de nuestra vida.

Comer con alguien es abrirnos a la fiesta, al banquete.

Pues todo esto es la Eucaristía. En cada Eucaristía nos alimentamos, juntos, de la Palabra de Dios y del Cuerpo y Sangre de Cristo.

Qué tedioso es comer solo siempre. Qué maravilla poder comentar y charlar mientras comemos.

La Iglesia nos ofrece la Eucaristía, la comida común, para alimentarnos del pan que sacia nuestra hambre, del vino que calma nuestra sed: Pan de Vida Eterna; Vino de Salvación.

Que este tiempo de Pascua nos ayude a dar importancia a cada “comida dominical” en la que nos reunimos porque creemos juntos en Cristo, porque seguimos juntos tras de Cristo, porque queremos anticipar el banquete final con el Señor.

Este banquete final ya lo tenemos, “un poco” aquí. “Comer a Cristo”. Hacerlo con los hermanos. Y repartirnos entre los hermanos.

Te conocimos Señor, al partir el Pan; tú nos conoces Señor, al partir el pan.

¿PUEDO VIVIR MI FE SOLO?

Esta semana hemos tenido un encuentro con las personas que han asistido a las Cenas Alpha de este año, y ha sido una gozada escucharlos.

Esta semana hemos tenido un encuentro con las personas que han asistido a las Cenas Alpha de este año, y ha sido una gozada escucharlos.

Prácticamente todos, sino todos, han dicho cómo esta actividad de la parroquia les “ha sacado” de vivir la Fe solos.

Cuando vivo yo la fe conmigo mismo, y nada más, tengo el peligro de “hacerme una fe a mi medida”.

Por el contrario, cuando escucho a los demás su caminar tras de Cristo, cuando me pongo a aprender algo de ellos, que sin duda necesito, cuando me lanzo yo también a hablar de mí, sin alardear de nada, sino con humildad y respeto… el Espíritu no cesa de soplar en ti y en mí.

Vivir la Fe juntos nos ayuda a comprender mejor el misterio de Dios, que es Comunión.

¿Tendremos que ir aumentando nuestros grupos?

¿Habrá que inventar algún grupo nuevo?

¿Hay alguno que sienta la necesidad de compartir su fe?

Lo sabemos bien: dónde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos, dice el Señor.

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

A veces tengo la sensación que Jesús, durante la Pascua, tuvo que sonreír a menudo. Se presentaba a sus amigos, cumplía lo que les había prometido, y sus amigos, en vez de alegrarse, se asustaban. Creen que es un fantasma. Reaccionan de tal manera que el mismo Cristo los corrige: “De qué os asustáis? ¿Por qué surgen dudas en vuestro interior?” Lentos para entender lo que pasaba en sus vidas hasta el final.

Tener clara la imagen de Jesús es importante también para nosotros, cristianos del siglo XXI. Para toda la Iglesia, y para cada uno en particular. Hay tantas imágenes de Cristo, y tan distintas, que no es difícil confundirlo con un fantasma. Se nos desvanece. Se nos olvida que hablamos de una persona de carne y hueso.

Por eso, para ver a Cristo, es tan importante encontrarse en el domingo, el día del Señor. En comunidad, escuchando la Palabra del Señor y compartiendo el Pan y el Vino, podemos sentir la experiencia del Resucitado en medio de nosotros. Es que el Resucitado nunca se alejó de su comunidad, siempre ha estado con ellos. Eran los ojos de los Discípulos los que no podían verlo. Hasta que sus ojos se abren a la luz de la Pascua, y pueden verlo como es realmente. Toman conciencia de que verdaderamente ha resucitado, y que está en medio de ellos.

Una cosa podemos tener en común con los Discípulos de la comunidad de Lucas. Les pasaba como a nosotros, no acababan de ver claro. Incluso después de resucitar, Jesús tiene que seguir catequizándolos. Antes, hablaba del Reino. Ahora, convencerles de que les toca ser testigos de la resurrección. También ellos tienen que morir a sus miedos, y resucitar a la vida nueva. Convertirse en pregoneros de la Buena Nueva. Otra llamada para cada uno de nosotros. Hablar de Cristo a las personas que nos encontremos. Necesitamos tener claro Quién es Jesús para nosotros, ver la vida a la luz del Resucitado, para ayudar a los hermanos a aclarar sus imágenes de Jesús.

Hoy, como en el tiempo de los Apóstoles, las condiciones no son las mejores para descubrir a Dios. Parece, como en la barca en el lago, que hay muchas olas y parece que nos hundimos. La oscuridad del mundo (las guerras de Ucrania, de Gaza…) nos lleva a pensar que hay mucho mal y sufrimiento en nuestra tierra. 

Jesús nos invita a superar nuestros miedos y oscuridades, para, con su ayuda, ser nosotros mismos. 

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

(Todos los días a las 18,30, Santo Rosario en la Capilla del Cristo)

 

JOSÉ IGNACIO DÍAZ PÉREZ, PEREGRINO

El lunes 15 a las 20:00h en la Fundación Ibercaja (Plaza Diversidad 2) para conocer mejor la historia de José Ignacio Díaz Pérez, peregrino. Organizado por la Asociación Amigos de Santiago el Real. 

DIA 18 CON LA VIRGEN DE LA ESPERANZA 

Este próximo jueves es día 18 y como cada mes celebramos de modo especial a la Virgen de la Esperanza. Recordamos la conveniencia de difundir entre nuestros conocidos la presentación de niños a la Virgen y la bendición de familias que esperan un hijo.

 

.La parroquia publica también cada semana este Boletín Informativo digital que se distribuye por WhatsApp. Si quiere recibirlo envíe un mensaje al teléfono 636510356. 

 

BOLETÍN PARROQUIAL No 138

BOLETÍN PARROQUIAL No 138

SABOREAR LA PASCUA

A veces sentimos que una lápida ha sido colocada pesadamente en la entrada de nuestro corazón, sofocando la vida, apagando la confianza, encerrándonos en el sepulcro de los miedos y de las amarguras, bloqueando el camino hacia la alegría y la esperanza. Son “escollos de muerte” y los encontramos, a lo largo del camino, en todas las experiencias y situaciones que nos roban el entusiasmo y la fuerza para seguir adelante.

La Pascua de Cristo es la fuerza de Dios, la victoria de la vida sobre la muerte, el triunfo de la luz sobre las tinieblas, el renacimiento de la esperanza entre los escombros del fracaso. Es el Señor, Dios de lo imposible que, para siempre, hizo correr la piedra y comenzó a abrir nuestros sepulcros, para que la esperanza no tenga fin. Hacia Él, entonces, también nosotros debemos mirar.

  • Si nos dejamos llevar de la mano por Jesús, ninguna experiencia de fracaso o de dolor, por más que nos hiera, puede tener la última palabra sobre el sentido y el destino de nuestra vida. Desde aquel momento, si nos dejamos aferrar por el Resucitado, ninguna derrota, ningún sufrimiento, ninguna muerte podrá detener nuestro camino hacia la plenitud de la vida”.

    Jesús es nuestra Pascua, Aquel que nos hace pasar de la oscuridad a la luz, que se ha unido a nosotros para siempre y nos salva de los abismos del pecado y de la muerte, atrayéndonos hacia el ímpetu luminoso del perdón y de la vida eterna. Mirémoslo a Él, acojamos a Jesús, Dios de la vida, en nuestras vidas, renovémosle hoy nuestro “sí” y ningún escollo podrá sofocar nuestro corazón, ninguna tumba podrá encerrar la alegría de vivir, ningún fracaso podrá llevarnos a la desesperación.

BAJANDO LA EDAD

En este tiempo de Pascua, tiempo de anunciar el Amor de Dios, la fuerza de la Resurrección y los nuevos aires del Espíritu

….tras un maravilloso recorrido con las Cenas Alpha

….tras un retiro de Emaús hombres

….tras las actividades dirigidas por la Cofradía del Nazareno

….en las puertas del Retiro de Effetá -el próximo fin de semana dirigido a los jóvenes entre 19 y 30 años…

 ….en las puertas del cursillo prematrimonial

Os seguimos invitando a:

 Orar por todas las iniciativas parroquiales en las que proponemos a “gente de fuera” el caminar tras Cristo, Nuestro Señor, nuestra Alegría y nuestra Paz

 A invitar a esta “gente nueva”, que casi nunca, o muy esporádicamente, se acercaron a la Iglesia

 Que os propongáis para animar a jóvenes, a adolescentes, en actividades, encuentros, retiros… que les hagan “encontrarse con Jesucristo”

 Que nos deis ideas sobre qué proponer a los “dos mil jóvenes que pasan las noches de los jueves, viernes y sábado alrededor de nuestra iglesia”

Sabemos que la tarea tiene su dificultad, ¡como también es difícil educar a los hijos!; pero son tareas apasionantes en las que no estamos solos. Cristo Resucitado está y su Espíritu nos ilumina.

Esta es la tarea: “rebajar la edad” de los que compartimos nuestra fe en nuestra querida parroquia de Santiago el Real. ¡Contamos contigo!

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy, Domingo II de Pascua, completamos la octava de este tiempo litúrgico, una de las dos octavas —juntamente con la de Navidad— que en la liturgia renovada por el Concilio Vaticano II han quedado. Durante ocho días contemplamos el mismo misterio y tratamos de profundizar en él bajo la luz del Espíritu Santo.

Por designio del Papa San Juan Pablo II, este domingo se llama Domingo de la Divina Misericordia. Se trata de algo que va mucho más allá que una devoción particular. Como ha explicado el Santo Padre en su encíclica Dives in misericordia, la Divina Misericordia es la manifestación amorosa de Dios en una historia herida por el pecado. “Misericordia” proviene de dos palabras: “Miseria” y “Cor”. Dios pone nuestra mísera situación debida al pecado en su corazón de Padre, que es fiel a sus designios. Jesucristo, muerto y resucitado, es la suprema manifestación y actuación de la Divina Misericordia. «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito» (Jn 3,16) y lo ha enviado a la muerte para que fuésemos salvados. «Para redimir al esclavo ha sacrificado al Hijo», hemos proclamado en el Pregón pascual de la Vigilia. Y, una vez resucitado, lo ha constituido en fuente de salvación para todos los que creen en Él. Por la fe y la conversión acogemos el tesoro de la Divina Misericordia.

La Santa Madre Iglesia, que quiere que sus hijos vivan de la vida del resucitado, manda que —al menos por Pascua— se comulgue y que se haga en gracia de Dios. La cincuentena pascual es el tiempo oportuno para el cumplimiento pascual. Es un buen momento para confesarse y acoger el poder de perdonar los pecados que el Señor resucitado ha conferido a su Iglesia, ya que Él dijo sólo a los Apóstoles: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados» (Jn 20,22-23). Así acudiremos a las fuentes de la Divina Misericordia. Y no dudemos en llevar a nuestros amigos a estas fuentes de vida: a la Eucaristía y a la Penitencia. Jesús resucitado cuenta con nosotros.

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

.La parroquia publica también cada semana este Boletín Informativo digital que se distribuye por WhatsApp. Si quiere recibirlo envíe un mensaje al teléfono 636510356. 

BOLETÍN PARROQUIAL No 137

BOLETÍN PARROQUIAL No 137

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy «es el día que hizo el Señor», iremos cantando a lo largo de toda la Pascua. Y es que esta expresión del Salmo 117 inunda la celebración de la fe cristiana. El Padre ha resucitado a su Hijo Jesucristo, el Amado, Aquél en quien se complace porque ha amado hasta dar su vida por todos.

No debe ser fácil preguntarse qué debió ver en Aquel rostro -a duras penas humano- como para emitir semejante expresión. De una manera u otra debió descubrir un rostro inocente, alguien abandonado y quizá traicionado, a merced de intereses particulares; o quizá alguien que era objeto de una injusticia en medio de una sociedad no muy justa; alguien que calla, soporta e, incluso, misteriosamente acepta todo lo que se le está viniendo encima. Quizá, incluso, podría llegar a sentirse colaborando en una injusticia ante la cual él no mueve ni un dedo por impedirla, como tantos otros se lavan las manos ante los problemas de los demás.

La imagen de aquel centurión romano es la imagen de la Humanidad que contempla. Es, al mismo tiempo, la profesión de fe de un pagano. Jesús muere solo, inocente, golpeado, abandonado y confiado a la vez, con un sentido profundo de su misión, con los “restos de amor” que los golpes le han dejado en su cuerpo.

Pero antes -en su entrada en Jerusalén- le han aclamado como Aquel que viene en nombre del Señor (cf. Mc 11,9). Nuestra aclamación este año no es de expectación, ilusionada y sin conocimiento, como la de aquellos habitantes de Jerusalén. Nuestra aclamación se dirige a Aquel que ya ha pasado por el trago de la donación total y del que ha salido victorioso. En fin, «nosotros deberíamos prosternarnos a los pies de Cristo, no poniendo bajo sus pies nuestras túnicas o unas ramas inertes, que muy pronto perderían su verdor, su fruto y su aspecto agradable, sino revistiéndonos de su gracia» (San Andrés de Creta).

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

.La parroquia publica también cada semana este Boletín Informativo digital que se distribuye por WhatsApp. Si quiere recibirlo envíe un mensaje al teléfono 636510356.