DOMINGO 4º DEL ADVIENTO
(Continuación)
“…el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,…” (Lc. 1,26): ¿Sabes que es la primera vez que el poblado de Nazaret aparece en la Biblia? A Dios no le interesan los escenarios, sino las personas,… Dios llega hasta el último rincón de nuestro mundo,…
“…a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María” (Lc. 1,27): “Mujer”, para la mentalidad judía de la época, “nadie”; y todavía “virgen”, sin la capacidad de ser “madre”, para la mentalidad judía de hace veintiún siglos, “nada”. Pero Dios se hace presente en la vida de todos los seres humanos,… los importantes, los que cuentan, los que mandan, los ricos,…y en la vida de los pobres, los que pasan desapercibidos, los que no tienen ayuda ni favores de nadie,… Para descubrir la presencia de Dios en la vida de todos es necesario vivir la virtud de la humildad, como lo hizo María.
“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1,28), saluda el ángel Gabriel: Podría parecernos un saludo habitual de aquella época, pero la expresión de “alegría” nos habla de lo ya anunciado por los profetas, el alborear de la época del Mesías. Noticia que debe “alegrar” a María y debe alegrarnos a todos los que creemos en su Hijo, Jesús. “…llena de gracia,…”: Esto es, María ha sido objeto de la benevolencia de Dios, porque ha sido escogida por Él, para ser la Madre del Hijo de Dios. Ya para entonces y desde entonces, Dios estará presente en la vida de María,… “…el Señor está contigo”.
Ante un futuro impreciso,… ¿Cuándo saldremos de la pandemia? ¿Cómo saldremos de esta crisis económico-social?… Surge en nosotros la inseguridad, la incertidumbre, las dudas,… y, con todo ello, la tristeza, la apatía, incluso, la depresión,… Incluso, mirando nuestro mañana, ¿Cómo será esta Navidad, sin posibilidad de grandes festejos, de reuniones con familia y amistades,…? Si nos lo proponemos, más auténticamente cristianos,… vistiendo la fiesta del nacimiento de Cristo de austeridad, amando de corazón a los que no tenemos presentes,… Una experiencia distinta, que es posible que no hayamos vivido nunca. Tal vez, una única oportunidad para que Jesús sea “grande” en nosotros y “su reino no tenga fin” en nuestras vidas (Lc. 1,31-33).
Ante las tristezas, las indolencias, las depresiones,… sé capaz de decir “sí” a Dios, que tiene preparado un futuro para cada uno de nosotros. María dijo este “sí” al mensaje del arcángel (Lc. 1,38) y, a pesar de las dificultades, siempre se alegró de la presencia de Dios en su vida.
(Regresar)