Contenido del Boletín 65

DOMINGO IV ORDINARIO

(Continuación)

Al pensar tan negativamente de los extranjeros, de los que no tienen su misma fe, Jesús ve que necesitan convertirse, cambiar de opinión y de manera de tratar a los demás y, entonces, les pone el ejemplo de dos grandes profetas: Elías y Eliseo y las curaciones milagrosas que realizan, en nombre de Dios, a dos extranjeros, a dos paganos (Lc. 4,25-27): Elías a la viuda de Sarepta (1 Rey. 17,8-24) y Eliseo a Naamán, el sirio (2 Rey. 5,1-19). Por ello, los paisanos de Jesús le rechazan, “…se pusieron furiosos…” (Lc. 4,28) e intentan eliminarlo (Lc. 4,29). ¡¡Qué contraste, de la boca de Jesús salen “…palabras de gracia (de Dios)…” (Lc. 4,22); del corazón y de la boca de los habitantes de Nazaret salen la ira, incluso, el deseo de matar,…!!

¿Qué suele salir de nuestro corazón y de nuestra boca? ¿Alabanzas a Dios? ¿Rencores, críticas, envidias,…? ¿Cómo tratamos a quienes son de otra cultura, de otra fe, no piensan como nosotros,…?

Y terminaba la escena, diciéndonos S. Lucas: “Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino” (Lc. 4,30): A pesar del mal que hay en nuestra sociedad, a pesar del mal que pueda haber en nuestra  Iglesia y en nosotros mismos, Dios abre caminos para que su salvación siga actuando. Además, recuérdalo: El “camino” de Jesús lleva a la Cruz para desembocar en la Resurrección.

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DÍA DE LA VIDA CONSAGRADA

(Continuación)

En el mensaje para este año, los obispos explican que el lema «La vida consagrada, caminando juntos», evoca a volver la mirada al mismo Jesús «que se proclamó «camino, verdad y vida» (Jn 14, 6)».

Para la vida consagrada, «la invitación a caminar juntos supone hacerlo en cada una de las dimensiones fundamentales de la consagración, la escucha, la comunión y la misión».

Caminar juntos en la consagración, «significa ser conscientes de la llamada recibida, la vocación compartida y la vida entregada. En el fondo, supone darse cuenta de que a Dios solo se le encuentra caminando»

Caminar juntos en la escucha de la Palabra de Dios significa que «este camino común para encontrar a Dios solo se puede hacer desde la escucha». «Agudizar el oído para escuchar al Espíritu, a los hermanos con los que se comparte la vida y a la humanidad herida con sus gozos y tristezas es la mejor garantía para caminar juntos por las sendas de la fidelidad a la propia vocación».

Caminar juntos en la comunión significa que «los consagrados están llamados a ser en la Iglesia y en el mundo ”. Una comunión que se ha de manifestar con Dios, con los que se comparte la vida y con toda la humanidad.

Por último, Caminar juntos en la misión explican que supone descubrir «la dulce y confortadora alegría de evangelizar» y experimentar simultáneamente la alegría de creer y el gozo de comunicar el Evangelio. Señalan que «caminar juntos en misión supone reforzar la corresponsabilidad y el compromiso en la misión de la Iglesia local aportando sus dones carismáticos sin perder nunca de vista la disponibilidad a la Iglesia universal».

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LAS PROPIEDADES DE LA IGLESIA

(continuación)

Ahora la Conferencia Episcopal ha presentado un informe en el que revisadas las 34.900 propiedades inscritas entre 1998 y 2015 se constata que en 2500 de ellas hay errores. En algunos casos son duplicados de la misma propiedad, en otros faltan datos para completar la documentación y en otros se trata de bienes que erróneamente figuran a nombre de la Iglesia pero que su propiedad efectiva es de otras personas.

En el caso de nuestra diócesis 10 bienes son duplicados de bienes inmatriculados correctamente, 8 bienes, entre los que figura la Parroquia de Ribafrecha,  cuya información la Diócesis debe completar, y finalmente aparecen un total de 5 bienes, que en el momento de su inmatriculación fueron propiedad de la Diócesis pero que en la actualidad han sido enajenados o permutados, sin que haya sido actualizada la titularidad.

Algo completamente normal y muy lejos de las noticias de prensa que presentan a la Iglesia como una entidad que abusa de sus privilegios apropiándose de lo que no es suyo.    El obispado reitera que “la Iglesia no quiere que esté a su nombre nada que no sea suyo y recuerda que los bienes de la Iglesia están al servicio del bien común a través de las actividades de las parroquias y de las diversas entidades de la Diócesis.

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