DOMINGO IV ORDINARIO
(Continuación)
Al pensar tan negativamente de los extranjeros, de los que no tienen su misma fe, Jesús ve que necesitan convertirse, cambiar de opinión y de manera de tratar a los demás y, entonces, les pone el ejemplo de dos grandes profetas: Elías y Eliseo y las curaciones milagrosas que realizan, en nombre de Dios, a dos extranjeros, a dos paganos (Lc. 4,25-27): Elías a la viuda de Sarepta (1 Rey. 17,8-24) y Eliseo a Naamán, el sirio (2 Rey. 5,1-19). Por ello, los paisanos de Jesús le rechazan, “…se pusieron furiosos…” (Lc. 4,28) e intentan eliminarlo (Lc. 4,29). ¡¡Qué contraste, de la boca de Jesús salen “…palabras de gracia (de Dios)…” (Lc. 4,22); del corazón y de la boca de los habitantes de Nazaret salen la ira, incluso, el deseo de matar,…!!
¿Qué suele salir de nuestro corazón y de nuestra boca? ¿Alabanzas a Dios? ¿Rencores, críticas, envidias,…? ¿Cómo tratamos a quienes son de otra cultura, de otra fe, no piensan como nosotros,…?
Y terminaba la escena, diciéndonos S. Lucas: “Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino” (Lc. 4,30): A pesar del mal que hay en nuestra sociedad, a pesar del mal que pueda haber en nuestra Iglesia y en nosotros mismos, Dios abre caminos para que su salvación siga actuando. Además, recuérdalo: El “camino” de Jesús lleva a la Cruz para desembocar en la Resurrección.
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DÍA DE LA VIDA CONSAGRADA
(Continuación)
En el mensaje para este año, los obispos explican que el lema «La vida consagrada, caminando juntos», evoca a volver la mirada al mismo Jesús «que se proclamó «camino, verdad y vida» (Jn 14, 6)».
Para la vida consagrada, «la invitación a caminar juntos supone hacerlo en cada una de las dimensiones fundamentales de la consagración, la escucha, la comunión y la misión».
Caminar juntos en la consagración, «significa ser conscientes de la llamada recibida, la vocación compartida y la vida entregada. En el fondo, supone darse cuenta de que a Dios solo se le encuentra caminando»
Caminar juntos en la escucha de la Palabra de Dios significa que «este camino común para encontrar a Dios solo se puede hacer desde la escucha». «Agudizar el oído para escuchar al Espíritu, a los hermanos con los que se comparte la vida y a la humanidad herida con sus gozos y tristezas es la mejor garantía para caminar juntos por las sendas de la fidelidad a la propia vocación».
Caminar juntos en la comunión significa que «los consagrados están llamados a ser en la Iglesia y en el mundo ”. Una comunión que se ha de manifestar con Dios, con los que se comparte la vida y con toda la humanidad.
Por último, Caminar juntos en la misión explican que supone descubrir «la dulce y confortadora alegría de evangelizar» y experimentar simultáneamente la alegría de creer y el gozo de comunicar el Evangelio. Señalan que «caminar juntos en misión supone reforzar la corresponsabilidad y el compromiso en la misión de la Iglesia local aportando sus dones carismáticos sin perder nunca de vista la disponibilidad a la Iglesia universal».
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LAS PROPIEDADES DE LA IGLESIA
(continuación)
Ahora la Conferencia Episcopal ha presentado un informe en el que revisadas las 34.900 propiedades inscritas entre 1998 y 2015 se constata que en 2500 de ellas hay errores. En algunos casos son duplicados de la misma propiedad, en otros faltan datos para completar la documentación y en otros se trata de bienes que erróneamente figuran a nombre de la Iglesia pero que su propiedad efectiva es de otras personas.
En el caso de nuestra diócesis 10 bienes son duplicados de bienes inmatriculados correctamente, 8 bienes, entre los que figura la Parroquia de Ribafrecha, cuya información la Diócesis debe completar, y finalmente aparecen un total de 5 bienes, que en el momento de su inmatriculación fueron propiedad de la Diócesis pero que en la actualidad han sido enajenados o permutados, sin que haya sido actualizada la titularidad.
Algo completamente normal y muy lejos de las noticias de prensa que presentan a la Iglesia como una entidad que abusa de sus privilegios apropiándose de lo que no es suyo. El obispado reitera que “la Iglesia no quiere que esté a su nombre nada que no sea suyo y recuerda que los bienes de la Iglesia están al servicio del bien común a través de las actividades de las parroquias y de las diversas entidades de la Diócesis.
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