DOMINGO 29º DEL TIEMPO ORDINARIO
(Continuación)
“Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir” (Mc. 10,35); como si nunca lo hubiera hecho, es más, el Señor “hace” no solo “lo que le pedimos”, sino “lo que debiéramos pedirle”, y lo demuestra respondiendo: “¿Qué queréis que haga por vosotros?” (Mc. 10,36). Y entonces se descubren sus pretensiones, sus anhelos: “Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y el otro a tu izquierda” (Mc. 10,37). Aquellos discípulos no saben que “la gloria terrena” de Jesús es su Cruz, de ahí, la pregunta que se les dirige: “…¿podéis beber el cáliz que yo he de beber,…?” (Mc. 10,38). La respuesta de los dos hermanos es afirmativa (Mc. 10,39), aunque es posible que no sepan lo que están respondiendo. ¿En nuestra oración, en nuestra vida sacramental,… escuchamos a Jesús o únicamente queremos que Él nos escuche?
Lo peor del caso es que, la ambición de Santiago y S. Juan, es también la de sus discípulos; la “indignación” de éstos (Mc. 10,41) es porque tienen las mismas aspiraciones que aquellos. ¿A qué aspiro en mi vida cristiana?
Por ello, Jesús debe volver a instruirlos: “El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos” (Mc. 10,43-44): Las autoridades civiles de entonces tenían la misma patología,… dominaban, esclavizaban,… (Mc. 10,42). Sin embargo, en el grupo de los creyentes, entre los discípulos de Cristo,… sabiendo que Dios es amor y nos trata a cada uno con el amor que necesitamos; sabiendo que Jesús nos ama hasta dar la vida por todos,… el modelo a seguir es el mismo Jesús, que “…no ha venido a ser servido, sino a servir…” (Mc. 10,45) y “servir” hasta “…dar la vida…” (Mc. 10,45). ¿Es Jesús nuestro modelo? ¿Concedo tiempo, espacio, dedicación, amor,… al prójimo, especialmente al que más necesita del amor de Dios?
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POR UNA IGLESIA SINODAL
(Continuación)
Es deseo del Papa que el Sínodo se desarrolle a lo largo de 3 años. En el primer año se invita a todas las Diócesis del mundo a reflexionar sobre este camino de comunicación, participación y misión. El segundo año se hará una reflexión más amplia por países y dentro de dos años, en octubre de 2023, se celebrará el sínodo propiamente dicho en Roma.
En este domingo se abre en las diócesis de todo el mundo, y también en la nuestra, la fase preparatoria diocesana de este sínodo de los obispos. Por eso, queremos unirnos espiritualmente a todas las diócesis del mundo y pedir por los frutos de este tiempo de gracia que se abre para toda la Iglesia.
El objetivo del Sínodo es implicar al mayor número de bautizados en un proceso sinodal de escucha y discernimiento de lo que el Espíritu Santo quiere para el Pueblo de Dios hoy, y así habituarnos a caminar juntos como Iglesia en comunión.
El Papa desea implicar a toda la Iglesia en la reflexión sobre lo que nos demanda el mundo de hoy. La sinodalidad abarca a todo el pueblo de Dios, incluyendo los sacerdotes, religiosos y, por supuesto, la gran mayoría de los laicos. Son precisamente los laicos los auténticos protagonistas del próximo Sínodo, que incluye la gran novedad de convertirse en un “itinerario sinodal”.
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¿QUÉ ES UN SÍNODO?
(continuación)
“Sinodalidad”, significa “hacer camino juntos”, o sea, “caminar juntos”.
El Sínodo de Obispos es uno de los organismos que ayudan al Papa en su tarea de magisterio y de gobierno. En la práctica vienen a ser “miniconcilios” de unos doscientos o trescientos obispos. Lo más parecido a un foro de encuentro y de reflexión.
Una de sus principales características es que es solo consultivo. No tiene capacidad de decisión, pero resulta fundamental para ayudar a entender a fondo los temas que se abordan. El habitualmente largo documento final, que se somete a votación, ofrece al Papa una serie de propuestas que suelen convertirse en documentos de magisterio bajo la forma de exhortaciones apostólicas.
La mayoría de los participantes son elegidos por las conferencias episcopales del respectivo país, y al resto los nombra el Papa. Suelen participar miembros de otras confesiones cristianas, de expertos en cada tema y de “oyentes” de todo tipo, incluidas personas de otras religiones, que aportan sus puntos de vista en las reuniones de los grupos de trabajo lingüísticos.
Sinodalidad es una de las palabras que forman parte del vocabulario de Francisco. Se la hemos escuchado en numerosas ocasiones. Ya en octubre de 2015, en un discurso con motivo del cincuentenario de la institución del Sínodo de Obispos, Francisco afirmaba que “el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”.
En la base de este Sínodo sobre la Sinodalidad se encuentra el deseo de escuchar a los fieles a todos los niveles -a partir de la parroquia, la diócesis, la conferencia episcopal, etc.- antes de tomar cualquier decisión importante de gobierno.
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