DOMINGO QUINTO DE CUARESMA
(continuación)
Jesús ha llegado a Jerusalén para celebrar, como fiel judío, la fiesta de la Pascua. Y, entre la multitud de gente que ha acudido a la ciudad se encuentran “…algunos griegos…” (Jn. 12,20), que han oído hablar de Jesús y de sus hechos prodigiosos y, por ello, quieren “verlo” (no es simple curiosidad, es un deseo de conocerlo para tener un encuentro profundo con Él), y acercándose al discípulo Felipe, le ruegan poder hacerlo (Jn. 12,21). ¿Y nosotros, queremos “ver” a Jesús? Todos sabemos que lo podemos contemplar en la Iglesia (en la comunidad de los que creemos en el Dios que Él anunció); en los sacramentos (especialmente, en la Eucaristía); en su Palabra,… pero ya estamos acostumbrados a ello; es posible que la costumbre sea mala compañera en el caminar cristiano,… Cada encuentro con el Señor nos debe llenar de asombro, debe renovar nuestras personas desde lo más profundo. Y debemos aprender a encontrarnos con Él en el hermano, especialmente, en el solo y desamparado, en el que necesita de nuestra caridad, de nuestra ayuda,… para entregarle el amor de Dios.
Jesús, tras saber por los discípulos Andrés y Santiago, el deseo de aquellos griegos (todo encuentro con el Señor necesita de unos intermediarios, ¿ayudamos al otro a encontrarse con Jesús?), comienza un soliloquio: “Ha llegado la hora…” (Jn. 12,23). La hora comenzó en Belén, cuando el Verbo de Dios se hizo hombre pero, a partir de ahora veremos por qué se hizo hombre, para qué se hizo uno como nosotros. Para “…que sea glorificado…” (Jn. 12,23). Y la glorificación de Jesús no va a ser honores, triunfos,… es que “…sea elevado sobre la tierra,…” (Jn. 12,32), que sea crucificado,… “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto” (Jn. 12,24): Esto lo sabemos bien, Él murió por amor a nosotros, y somos su “fruto”. ¿Y nosotros, somos fecundos en buenas obras, para que otros no queden estériles? Pero el destino final de Jesús no es la Cruz, ni el sepulcro (tampoco el nuestro),… La aurora del Domingo de Pascua nos hablará de Resurrección, de vida nueva,… Entonces, entendemos que “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre” (Jn. 12,23); incluso, comprendemos aquella voz misteriosa, que algunos piensan que es un trueno (Jn. 12,29), que dice: “Lo he glorificado y volveré a glorificarlo” (Jn. 12,28).
Pero, ¿qué debe ser para mí “morir para dar fruto, como el grano de trigo” (Jn. 12,24)? El Señor nos habla de “aborrecerse a sí mismo” (Jn. 12,25), que es ir eliminando nuestro egoísmos, el pensar únicamente en nosotros mismos y olvidar a los demás,… Nos habla de estar al servicio de Dios y de los demás,… con la promesa de su compañía en tan infravalorada actitud (“…donde esté yo, allí estará mi servidor;…”: Jn. 12,26) y con la promesa de la Vida Eterna: “…a quien me sirva, el Padre lo honrará” (Jn. 12,26).
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PARROQUIA EN CASA
UN AÑO DESPUÉS
(continuación)
Desde que se decretó el Estado de Alarma para contener la propagación de infecciones causadas por el Covid-19, a nivel global se creó un super-ambiente social para tratar de hacer llevadero el confinamiento… se propago con mucha fuerza la canción Resistiré, se hicieron esfuerzos para apreciar la labor de los sanitarios, aplaudiéndoles todos los días a las 20:00hr desde el balcón de casa, y también se destacó la labor de los que se vieron obligados a permanecer activos, como productores, distribuidores y vendedores de alimentos y medicinas etc…
La iglesia, en términos generales también actuó con rapidez, y con el propósito de mantener a los fieles espiritualmente activos y “virtualmente” unidos, puso en marcha todos los recursos de internet a su alcance.
Aquí en Santiago el Real se abrió el grupo de WhatsApp “La Parroquia en Casa” que fue aceptada con mucho entusiasmo a la que se unieron todos con posibilidades de hacerlo. En la Iglesia, para los que ocasionalmente se acercaban, se añadieron otros recursos.
Desde la parroquia se mantenía informada a la gente, día a día, del momento de la Cuaresma que se estaba viviendo, mediante el envío de oraciones con las que se invitaba a realizarlas en común a horas y días determinados, como la Oración a la Virgen de la Esperanza, la Adoración al Santísimo, la Oración a San José en su día. Se produjeron videos propios de las ocasiones según las fechas.
Los inscritos en el chat parroquial se hicieron muy activos, participando con opiniones, imágenes, videos, juegos, meditaciones… despidiéndose cada día con palabras de ánimo y chistes.
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AÑO DE LA FAMILIA – AMORIS LAETICIA
(continuación)
Difundir el contenido de la exhortación para “hacer experimentar que el Evangelio de la familia es alegría que llena el corazón y la vida entera»
Anunciar que el sacramento del matrimonio es un don y tiene, en si mismo, una fuerza transformadora del amor humano
Hacer a las familias protagonistas de la pastoral familiar mediante “un esfuerzo evangelizador y catequético dirigido a la familia”
Concienciar a los jóvenes de la importancia de la formación en la verdad
del amorAmpliar la mirada y la acción de la pastoral familiar para que se convierta entrasversal incluyendo a los esposos, a los niños, a los jóvenes, a las personas mayores y las situaciones de fragilidad familiar.
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