Contenido del Boletín 10

IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA ESPERANZA 
EN VALVANERA
(Continuación)

El pasado día 12 de septiembre se realizó un acto muy solemne en el Monasterio de Valvanera en el que la Cofradía de la Virgen de la Esperanza entregó al monasterio una imagen de la patrona de Logroño que estará colocada en la capilla del Santísimo del monasterio.

Los cófrades de la Esperanza que asistieron la entrega de la imagen, presididos por el Hermano Mayor de la cofradía, Don Mariano Moracia Pérez, fueron recibidos por Don Emilio Gamuza Bacaicoa Presidente del Capítulo de Caballeros de la Virgen de Valvanera.
Se celebró una misa solemne presidida por el prior de la comunidad de monjes del Verbo Encarnado en el Monasterio de Valvanera, concelebraron Don Gonzalo García-Vaquero párroco de Ribafrecha y Don José Ignacio García párroco de Santiago el Real. Al final de la misa se nombraron nuevos Caballeros de la Virgen de Valvanera y se bendijo la réplica de la imagen de Virgen de la Esperanza que se trasladó a la Capilla del Santísimo del monasterio donde quedó depositada.

Don Mariano Moracia agradeció, en nombre de la Cofradía de la Esperanza y de la parroquia de Santiago el Real, tanto a los Caballeros de Valvanera como a los monjes del Verbo Encarnado la distinción hecha a la Virgen de la Esperanza, Patrona y alcaldesa mayor de Logroño.

(Regresar)

lineaDiv

EUTANASIA
(Continuación)

¿Qué estrategias utilizan las campañas que defienden la ley de eutanasia?

1. Se presenta al público algún «caso límite». Se busca una situación terminal y dramática especialmente llamativa que interpele la sensibilidad colectiva. Admitido este caso, desaparecen las razones profundas para no admitir otros parecidos, ensanchándose después la casuística.

2. Se utilizan expresiones que suenan bien como “muerte digna”, “libertad” y se evitarán expresiones como «provocar la muerte del enfermo», «ayudarle a suicidarse» o «quitarle la vida».

3. Se procura presentar a los defensores de la vida como retrógrados, intransigentes, contrarios a la libertad individual y al progreso. Al discrepante se le pone una etiqueta y así se evita un diálogo sosegado y constructivo que busque el bien del enfermo.

4. Se transmite la idea de que la eutanasia es una cuestión únicamente religiosa y se dice que, en una sociedad pluralista la Iglesia —o cualquier confesión religiosa— no puede, ni debe, imponer sus opiniones.

5. Se transmite la idea de que la eutanasia es una demanda urgente de la población, algo que pide la mayoría de la gente y que es propia de nuestros tiempos.

¿A quién hace daño una ley que permita la eutanasia?

1. Al paciente en situación terminal con dolor físico y sufrimiento psíquico y espiritual, pues en vez de atenderlo, acompañarlo y ofrecerle cuidados paliativos se opta por acabar con su vida. La experiencia demuestra que, cuando un enfermo que sufre pide la muerte, en el fondo está pidiendo que le alivien los padecimientos, tanto los físicos como los morales. Cuando recibe alivio en dolor, atención médica, compañía, afecto y consuelo la experiencia muestra que deja de solicitar que pongan fin a su vida.

2. A la familia angustiada que no acaba de saber gestionar la situación y sufre por el ser querido. La posibilidad de eutanasia introduce en las relaciones familiares un sentimiento de inseguridad, confrontación y miedo, ajeno a lo que la idea de familia sugiere: solidaridad, amor, generosidad.

3. Al personal sanitario que fue educado fundamentalmente para luchar contra la muerte y afrontar y paliar el dolor y el sufrimiento y ahora se le emplea como agente que da muerte al paciente.

¿Por qué es algo nocivo para una sociedad la ley de la eutanasia?

1. Porque el Estado tiene la obligación de defender al más débil. Una sociedad es más civilizada en la medida que sea capaz de proteger a los más débiles, y el Estado tiene el deber de asistir a los más débiles y desfavorecidos permitiéndoles vivir con dignidad y morir en las mejores condiciones posibles cuando llegue su momento.

2. Porque estas leyes hacen que la gente vea normal lo que es un crimen. Cuando por ley se admiten crímenes como el aborto o la eutanasia, mucha gente considera que si se admite legalmente es porque no es algo malo y al convertirse en una práctica admitida terminan considerándolo como algo normal.

3. Porque desnaturaliza la función del médico. La misión del médico es curar cuando se pueda, y cuando no aliviar y consolar, cuando se le autoriza a matar, se pervierte su noble función. La eutanasia responde a una medicina liberal y endiosada que considera que curar no es cuidar al enfermo sino en eliminar la enfermedad y el sufrimiento, aunque sea eliminando al paciente.

¿Cuáles son las mentiras que hay que desmontar sobre la eutanasia?

1. Nos dicen que es sólo para cuando haya un dolor insoportable, pero no dicen que en esos casos la solución no es la eutanasia, sino la atención adecuada, humana y profesional aplicando los cuidados paliativos. Tampoco dicen que la práctica en países como Holanda es que esa figura que empieza a aplicarse a casos extremos termina utilizándose en muchísimo otros casos: personas que no pueden dar su consentimiento, pacientes psiquiátricos, niños recién nacidos, personas con “infelicidad senil” …

2. Nos dicen que se hace por compasión, cuando en realidad lo más humano no es provocar la muerte, sino acoger al enfermo, sostenerlo en estos momentos de dificultad, rodearlo de afecto y atención y poner los medios necesarios para aliviar el sufrimiento y “suprimir el dolor y no al paciente”.

3. Nos dicen que es indigno vivir con sufrimientos y sin calidad de vida. Pero: ¿Con qué baremos se mide la calidad de vida? ¿En qué momento se puede llegar a afirmar que ya carece de valor o que no merece la pena ser vivida? ¿Se puede decir que un ser humano pierde su dignidad por sufrir?

4. Nos dicen que es una decisión fruto de la libertad, cuando en realidad quien lo pide es porque tiene la voluntad debilitada. Se supone que el que nadie es capaz de ir contra una tendencia natural como el amor a uno mismo sin tener la voluntad profundamente dañada. Además, ¿tienen libertad para decidir matarse los que están en depresión, los enfermos dependientes, los discapacitados psíquicos o los pacientes en coma?

¿Qué dice la Medicina?

1. El juramento hipocrático, que ha sido el referente moral de los médicos a lo largo de la historia, dice explícitamente: “jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo”.

2. La Asociación Médica Mundial (AMM), que representa a las organizaciones médicas colegiales de todo el mundo, afirmaba en su resolución adoptada en octubre de 2019 en su septuagésima asamblea general: «La AMM se opone firmemente a la eutanasia y al suicidio con ayuda médica… Ningún médico debe ser obligado a participar en eutanasia o suicidio con ayuda médica».

3. El objetivo único de la medicina no es curar al enfermo, a veces es sólo calmar sus dolores. Un analgésico puede permitir la vida normal sin propiamente curar. La salud no implica un perfecto bienestar, a menudo se puede desarrollar la actividad diaria con alguna molestia. La medicina debe buscar el bienestar adecuado para poder desarrollar las actividades diarias, sin pretender la utopía de su plenitud. La actitud de la medicina ante la enfermedad ha de ser «curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre».

¿Por qué defender a la persona que sufre?

1. Porque todo ser humano tiene una dignidad infinita. No depende de la edad, ni de la raza, ni de la salud. Existe una dignidad que es objetiva y es propia de todo ser humano. Cada persona es un fin en sí mismo, nunca un medio, por ello requiere todo el esfuerzo que sea necesario para cuidarla y atenderla, el ser humano no puede ser tratado como un objeto inútil o como una carga que produce gastos a la sociedad e incomodidades a la familia.

2. Porque todo ser humano en situación de fragilidad ha de ser especialmente defendido. Las personas frágiles no por eso son menos valiosas, tampoco son menos valiosas las personas con depresión, ni las que están en coma, ni las que tienen enfermedades psíquicas. Como no pueden defenderse por ellos mismos somos los demás los que debemos hacerlo.

3. Porque ninguna persona debe ser tratada como una carga. El enfermo ha de ser visto como una persona a la que hay que atender y cuidar, no como un problema que hay que eliminar lo antes posible. El que sufre ha de sentirse acogido y querido por la sociedad y por la familia, lo contrario sería hacer que se sienta inútil y excluido del grupo. A cualquier sociedad le es muy fácil inducir a alguien a matarse, basta que lo haga sentirse excluido del grupo, así lo demuestra el antropólogo Marcel Mauss cuando estudia la eficacia de las maldiciones del jefe de la tribu: el maldito moría a las pocas semanas porque el sentimiento de ser excluido del grupo bastaba para hacerle languidecer.

¿Por qué no puedo decidir que me quiten la vida?

1. Porque la vida no es mía. La vida no depende de mí, no es algo que yo me haya fabricado, es algo que he recibido, me ha sido donada… Si es algo que me han prestado no puedo hacer con ella lo que yo quiera.

2. Porque si me equivoco en esta decisión ya no puedo rectificar. Si me analizo compruebo que muchas veces tomo decisiones equivocadas, meto la pata continuamente y tengo que rectificar. Si decidiera suicidarme podría tomar la decisión errónea de la que no puedo desquitarme después. Cualquiera de nosotros en un mal momento podría tomar una decisión irreversible.

3. Porque con mi decisión incito a los demás a que me imiten. El que se quita la vida, al atentar contra sí, atenta también contra el otro porque se pone como ejemplo y lo incita a cometer el mismo acto. Con su acto, el que pide la eutanasia está diciendo a los demás que la vida no merece ser vivida y que destruirse es una liberación y este mensaje puede hacer mucho daño a personas que pasan por malos momentos.

¿Qué tenemos que hacer para que todo enfermo tenga una muerte digna?

1. Permitirle morir sin que sufra inútilmente, pudiendo recibir los cuidados médicos paliativos. La medicina paliativa ayuda a que los enfermos pasen los últimos momentos conscientes, sin dolor, con los síntomas controlados, de modo que transcurran con dignidad, rodeados de las personas que aman y si fuera posible, considerando su estado clínico y las atenciones que pudiera precisar, en su propio domicilio.

2. Aplicar cuando sea necesario la sedación paliativa. Se utiliza para aliviar el sufrimiento del enfermo en situaciones de enfermedad incurable, avanzada e irreversible, con un pronóstico de vida limitado o bien en situación de agonía. Esta sedación consiste en disminuir el nivel de conciencia con ayuda de medicamentos de modo que el enfermo no perciba dolor, sufrimiento o angustia intratables. En estos casos el médico debe saber administrar la medicación de modo que sea suficiente para sedar sin provocar intencionadamente la muerte.

3. Permitirle morir a su tiempo natural, sin que se acorte o se prolongue de forma innecesaria la vida. No se admite la obstinación terapéutica, que consiste en el empeño de aplicar los tratamientos o procedimientos de cualquier naturaleza que ya no proporcionan beneficios al enfermo y solo sirven para prolongar penosamente su agonía, impidiendo que la naturaleza siga su curso natural.

4. Permitirle morir rodeado del cariño de la familia y los amigos. Podemos aliviar el dolor, la angustia y la soledad del enfermo con la cooperación del personal sanitario, su familia y su entorno. El enfermo ha de poder morir con la posibilidad de haber sido informado adecuadamente, eligiendo, si se puede, el lugar y participando en todas las decisiones importantes que le afecten; además ha de tener la ayuda espiritual que precise.

(Regresar)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *