16 de febrero de 2025
SANTIAGO Y LOS JÓVENES
Hemos tenido la semana pasada unos Ejercicios Espirituales para sacerdotes en nuestra Diócesis. El sacerdote que nos dirigió nos hizo estas preguntas el último día:
¿Cuántas fuerzas dedicamos en nuestra parroquia a los jóvenes?
¿Cuántas personas nos implicamos?
¿Cuántas actividades les ofrecemos?
¿Cuánto dinero invertimos en ellos?
A todos nos toca responder, pensar, proponer y actuar.
SEMANA DE LA FAMILIA
Estamos todos de acuerdo en que debemos fortalecer las familias a través de la unión de los esposos, la generosidad y cuidado de la vida, la educación de los hijos, el poner el amor a Dios y al prójimo, la entrega mutua de todos y cada uno de cuantos formamos parte, y el cuidado de la casa común.
Aceptar nuestra frágil condición
No perder ni el amor ni la paz cuando llegue la enfermedad
Vivir la enfermedad ayudado por los Sacramentos
Recibir el Sacramento de la Unción
Si ingresamos en el hospital, llamar al capellá.
JUBILEO: OCASIÓN PARA REVISARNOS
A NOSOTROS MISMOS Y MIRAR A DIOS
Esta época que vivimos es bastante imprevisible. Tal vez provoca en nosotros inquietud. Pero no debe provocar miedo, sino esperanza comprometida. Por eso es necesaria la paciencia.
Nuestra inquietud principal ha de ser dar sentido a la vida. Por eso la iglesia ofrece la fe, y la fuerza de los Sacramentos, para transformar a las personas y a nuestro mundo en la construcción de la sociedad de la justicia y del amor.
Se trata de volver a encontrarnos serenamente con Jesucristo, único Salvador del mundo. La amistad de Dios, su gracia, la vida que Él nos ofrece, es la única en la que pueden resolverse las aspiraciones más nobles y profundas del corazón humano, porque «todos esperan».
Se trata de desear a Dios, desear su misericordia, del amor que no pasa, que es fiel, que se ocupa y se preocupa, de manera que, cuando en nuestra vida nos encontramos con ese amor misericordioso y lo correspondemos con delicadeza y fielmente, entonces nosotros cambiamos nuestro ambiente, lo elevamos y lo hacemos más digno de las personas.
Hoy volvemos a vivir las bienaventuranzas y las “malaventu-ranzas”: «Bienaventurados vosotros…», si ahora sufrís en mi nombre; «Ay de vosotros…», si ahora reís. La fidelidad a Cristo y a su Evangelio hace que seamos rechazados, escarnecidos en los medios de comunicación, odiados, como Cristo fue odiado y colgado en la cruz. Hay quien piensa que eso es debido a la falta de fe de algunos, pero quizá —bien mirado— es debido a la falta de razón. El mundo no quiere pensar ni ser libre; vive inmerso en el anhelo de la riqueza, del consumo, del adoctrinamiento libertario que se llena de palabras vanas, vacías donde se oscurece el valor de la persona y se burla de la enseñanza de Cristo y de la Iglesia, ya que —hoy por hoy— es el único pensamiento que ciertamente va contra corriente. A pesar de todo, el Señor Jesús nos infunde coraje: «Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre (…). Vuestra recompensa será grande en el cielo» (Lc 6, 22.23)
San Juan Pablo II, en la encíclica Fides et Ratio, dijo: «La fe mueve a la razón a salir de su aislamiento y a apostar, de buen grado, por aquello que es bello, bueno y verdadero». La experiencia cristiana en sus santos nos muestra la verdad del Evangelio y de estas palabras del Santo Padre. Ante un mundo que se complace en el vicio y en el egoísmo como fuente de felicidad, Jesús muestra otro camino: la felicidad del Reino del Dios, que el mundo no puede entender, y que odia y rechaza. El cristiano, en medio de las tentaciones que le ofrece la “vida fácil”, sabe que el camino es el del amor que Cristo nos ha mostrado en la cruz, el camino de la fidelidad al Padre. Sabemos que en medio de las dificultades no podemos desanimarnos. Si buscamos de verdad al Señor, alegrémonos y saltemos de gozo (cf. Lc 6,23).
Lugares de Reunión
SC=Sala Capitular—SG=Salón Grande –SP=Salón Pequeño
CP=Con el Párroco—IP=Iglesia Parroquial—CO=Comedor Prrqial
Todos los días a las 18:30, Santo Rosario en la Capilla del Cristo