8 de diciembre de 2024
La talla de la Virgen de la Esperanza que veneramos corresponde al siglo XIV.
Ya en 1530, un canónigo de Calahorra manda que se le entierre “junto al altar de Nuestra Señora de la Esperanza”.
En 1612 se fundó la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza, comprometiéndose sus cofrades a comulgar el día de su fiesta, 18 de diciembre. Por los libros de cuentas conocemos las celebraciones y festejos de ese día, a saber: misa solemne con sermón; hoguera, luminaria y pólvora; música de chirimías y tambores desde la torre por la noche.
En 1653 se le hace cargo al mayordomo de 180 reales recogidos de limosna en las cajas de los mesones y vecinos de la ciudad.
La devoción de los cofrades a la Virgen de la Esperanza debía ser práctica, concreta y con obras.
La Virgen de la Esperanza fue protectora especial del gremio de labradores, quienes, en 1781, solicitaron al ayuntamiento que la sacaran en rogativa “respecto de la notoria protección que ha experimentado esta ciudad de Logroño en María Santísima, con el título de la Esperanza, para la conservación de los frutos y versen los campos y sus cosechas amenazados de tempestades”. Los labradores, por su parte, se preocuparon de que delante de su imagen hubiera, con aceite de sus cosechas, una lámpara encendida.
En 1948, el Papa Pío XII, confirmaba como Patrona de Logroño a la Virgen de la Esperanza.
En 1976, el ayuntamiento de Logroño la nombró Alcaldesa Mayor de Logroño, haciéndole entrega de la correspondiente vara de mando.
Lunes 16 de diciembre de 2024
Martes 17 de diciembre de 2024
* 15:30h Visita colegio Escolapios
* 18:40h Llamada a Concejo desde el Ayuntamiento de Logroño
* 19:00h Ofrenda floral institucional y Solemnes Vísperas en la Iglesia Santiago el Real
* 19:30h Eucaristía y novena
Miércoles 18 de diciembre de 2024
FESTIVIDAD
VIRGEN DE LA ESPERANZA
¨ 12:00h Solemne Eucaristía, presidida por el Sr. Obispo de la Diócesis
¨ 13:00h Procesión por las calles del Casco Antiguo de la ciudad
¨ 19:00h Novena y bendición de niños y madres embarazadas
CELEBRACIONES PRE-NAVIDAD
Jueves 19 de diciembre de 2024
18:30h Celebración penitencial
Viernes 20 de diciembre de 2024
19:00h Eucaristía
Con Bendición de “niños Jesús”
Con Luz de Belén – Encendido de la Estrella (plaza)
Y merienda parroquial
Sábado 21 de diciembre de 2024
08:00h Subida a Monte Laturce -Clavijo- colocar el Belén
19:45h Chocolate Cofradía del Nazareno
Juan llama a la conversión, al cambio de vida, a abandonar el sendero que conduce a la muerte y recorrer el camino que conduce a la Vida. Muchos al escucharlo se estremecen y profundamente cuestionados por su predicación acogen su llamado y le preguntan: “¿qué debemos hacer?”. El reconocimiento humilde de los pecados cometidos, el verdadero arrepentimiento lleva a un serio propósito de enmienda, a querer cambiar de conducta y poner medios concretos y proporcionados. Quien se toma en serio la invitación a la conversión se dispone con todo su ser a la acción en la línea del recto obrar, a procurar seriamente la adquisición de las virtudes que resplandecen en el Señor Jesús y en su Santa Madre.
“¿Qué debo hacer?”. Esa es también la pregunta que continuamente debemos dirigirle al Señor y a aquellos que el Señor pone en nuestro camino para ayudarnos a preparar el camino del corazón al Señor. ¡Qué importante es escuchar al Señor, sus enseñanzas!
Recurrir a buenos consejeros es fundamental en el propio caminar para no tropezar o desviarnos del recto camino. Y es que muchas veces nuestras propias pasiones, afectos desordenados, caprichos, la soberbia de creer que “yo sé mejor qué camino debo recorrer”, la influencia de los criterios mundanos, los apegos a propios planes y demás, nos vuelven ciegos para reconocer y recorrer sin tropiezos el camino que conduce a la verdadera vida y felicidad. Para que eso no ocurra, son necesarios los guías que con sus consejos nos devuelven la vista y nos ayudan a caminar por el camino que conduce a la Vida.
Así, pues, el Evangelio de este Domingo nos deja como lección para la vida cristiana la necesidad de escuchar al Señor para hacer lo que Él nos diga, así como de buscar las orientaciones de un buen consejero a fin de obrar rectamente. De ese modo preparamos el camino al Señor para que venga y habite en nuestros corazones: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Jn 14, 23).