Santiago el Real

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Santiago El Real

BOLETÍN PARROQUIAL No 141

SEGUIMOS EN EL TIEMPO DE PASCUA

El tiempo de Pascua dura 50 días. ¡Aún nos quedan 21 días!

El Resucitado nos invita en este tiempo pascual a abrir las ventanas de la cabeza, del corazón y de la vida. Que el aire nuevo nos sacuda, que renueve los rincones de penas y rencores archivados, que cambie el aroma de nuestra casa porque el Resucitado nos llenará de esperanza y amor. 

El Resucitado nos regala unos ojos nuevos y una nueva manera de entender todas las cosas. Piensa en aquello que está bloqueado aún en tu corazón. Piensa en aquello que te encantaría que cambiara en Ti. ¡Preséntaselo al Señor! ¡Déjale hacer a Él!

No seamos cristianos viejos, cristianos del “no hay nada que hacer”.

No nos demos por vencidos por la idea de que la Iglesia se hace vieja, o por aquella frase que solemos decir: “banco de la iglesia que se vacía… ya no se vuelve a llenar”.

El Espíritu de Dios es capaz de hacer nuevas todas las cosas.

PERMANEZCAMOS EN ÉL…
Y DAREMOS FRUTO

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LA UNCIÓN DE ENFERMOS

El próximo domingo 5,vamos a celebrar la Pascua del Enfermo. Es un día especial, en medio de la Pascua, para:

– acordarnos de los enfermos

– orar por ellos

– también orar por los que los cuidan: familiares, amigos y personal sanitario

El próximo domingo, ya desde la Eucaristía de la tarde, impondremos a cuantos deseéis el Sacramento de la Unción de Enfermos.

Hay momentos en la vida en los que nos puede el maligno. Unas veces fruto de nuestro “mal hacer” (pensamiento, palabra, obra u omisión) y, en esos casos, acudimos al Sacramento de la Penitencia.

Pero otras veces es la debilidad de nuestro cuerpo la que se impone y parece vencernos, y, en esos casos, acudimos al Sacramento de la Unción de los enfermos.

Este Sacramento lo podemos recibir más de una vez; no es la “extrema unción”, porque solo Dios sabe lo que hace y cuando nos llegará el final (¡ni siquiera los médicos!); y lo pueden recibir tanto aquellas personas que son ya mayores, como aquellas que se sienten débiles por una enfermedad.

Así que los que os veáis necesitados de la “ayuda del Señor con la gracia del Espíritu Santo”, de la “liberación de los pecados”, de la “salvación” y del “consuelo en la enfermedad”, podréis recibir este Sacramento en cada una de las Eucaristías del domingo que viene, 5 de mayo, después de la homilía.

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EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy, el Evangelio presenta la alegoría de la vid y los sarmientos. Cristo es la verdadera vid, nosotros somos los sarmientos y el Padre es el viñador.

El Padre quiere que demos mucho fruto. Es lógico. Un viñador planta la viña y la cultiva para que produzca fruto abundante. Si nosotros montamos una empresa, querremos que rinda. Jesús insiste: «Yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto» (Jn 15,16).

Eres un elegido. Dios se ha fijado en ti. Por el bautismo te ha injertado en la viña que es Cristo. Tienes la vida de Cristo, la vida cristiana. Posees el elemento principal para dar fruto: la unión con Cristo, porque «el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid» (Jn 15,4). Jesús lo dice taxativamente: «Separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). «Su fuerza no es sino suavidad; nada hay tan blando como esto, y nada como esto tan firme» (San Francisco de Sales). ¿Cuántas cosas has querido hacer sin Cristo? El fruto que el Padre espera de nosotros es el de las buenas obras, el de la práctica de las virtudes. ¿Cuál es la unión con Cristo que nos hace capaces de dar este fruto? La fe y la caridad, es decir, permanecer en gracia de Dios

Cuando vives en gracia, todos los actos de virtud son frutos agradables al Padre. Son obras que Jesucristo hace a través tuyo. Son obras de Cristo que dan gloria al Padre y se convierten en cielo para ti. ¡Vale la pena vivir siempre en gracia de Dios! «Si alguno no permanece en mí [por el pecado], es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego (…) los echan al fuego y arden» (Jn 15,6). Es una clara alusión al infierno. ¿Eres como un sarmiento lleno de vida?

Que la Virgen María nos ayude a aumentar la gracia para que produzcamos frutos en abundancia que den gloria al Padre.

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agenda

ACTIVIDADES DE LA SEMANA

(Todos los días a las 18,30, Santo Rosario en la Capilla del Cristo)

 

DÍA DE LA MADRE

En el calendario litúrgico católico, mayo es tradicionalmente el mes de María. Como la naturaleza en mayo, por así decirlo, despierta después del invierno, así también la existencia cristiana refleja la revitalización de la vida. A la Virgen María se la relaciona con la renovación de las cosas y el comienzo de una nueva y fructífera estación.

A finales del siglo XIX, el Día de la Madre empezó a celebrarse en Occidente con el deseo de honrar la memoria de nuestra propia madre. La celebración del Día de la Madre en mayo es una oportunidad” para honrar a la Madre por excelencia, la Virgen María

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