Santiago el Real

BOLETÍN PARROQUIAL No 130

MANOS UNIDAS:
EL EFECTO SER HUMANO

Durante 21 años, en mi vida en África, he trabajado con Manos Unidas. Sabéis que Manos Unidas lo fundaron las “mujeres de Acción Católica” para contribuir a la erradicación del hambre en el mundo.

Gracias a Manos Unidas pudimos contribuir en la parroquia que teníamos la Diócesis de Calahorra en Benín (28 pueblos, la mitad de la extensión de La Rioja, 100.000 habitantes) a mejorar la vida de las personas con la construcción de pozos y embalses de agua de lluvia, con la construcción y creación de dispensarios y maternidades, con la construcción de aulas y pabellones en institutos, con la traída de aguas y distribución de fuentes a los pueblos y con campos solares que surtían de electricidad a las casas y cooperativas de mujeres.

Sí, Manos Unidas significa, al menos, dos manos: la de los pueblos necesitados y la nuestra. Los proyectos que realizamos son ellos mismos los que ven la necesidad, contribuyen con sus manos en la construcción de los mismos, y son ellos los que los gestionan, una vez puestos en marcha. Y nosotros, desde España, desde La Rioja, desde las parroquias, poníamos el esfuerzo económico.

Las dos manos son necesarias. Por eso agradecemos la colaboración de todos. Gracias.

JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO:
Dar esperanza en la tristeza
LA ENFERMEDAD. LOS ENFERMOS. TÚ Y YO

¿Quién de nosotros no ha estado nunca enfermo? ¿Quién de nosotros podrá decir que “nunca” caerá enfermo?

Somos limitados, somos criaturas… y forma parte de nuestra condición que nuestro cuerpo se debilite y falle. En la vida ordinaria no solemos pensar en ello. Vamos tirando, viviendo, corriendo, haciendo… pero puede ocurrir que un día el cuerpo nos diga “eh, que estoy aquí”.

Debemos dar gracias a Dios por nuestra salud… pedir por los que no la tienen… y “aceptar” cuando llegue el momento, de lo que nos pasa, para, desde ahí, luchar y hacer frente a la enfermedad.

No se trata de culpabilizar a nadie; no se trata de desesperarnos; no se trata de tirar la toalla. “Que cuando llegue el dolor, que yo sé que llegará, no se me enturbie el amor, ni se me nuble la paz”.

Sé que esta oración no es nada fácil cuando llega el momento. Pero es una invitación a la esperanza que, como cristianos, tenemos en Nuestro Señor.

Hoy, día 11, a las 18h15 saldrá la procesión de antorchas desde la Iglesia de San Bartolomé y se dirigirá hasta nuestro templo, donde, a las 19h00 presidirá la Eucaristía, organizada por la Hospitalidad, nuestro obispo don Santos Montoya.

Por último, es importante que cuando nos toque ingresar en el Hospital (a nosotros o a un amigo o familiar), vivamos esos días con Cristo. Sabéis que hay tres capellanes que siempre están de guardia en el Hospital San Pedro (también en el Hospital Provincial) con el fin de animar en los días difíciles, ayudar a orar, dar la comunión, ungir a los enfermos y recomendar el alma a Dios en caso de defunción. Para todo ello el capellán tiene un número de teléfono 669 73 19 15 al que podéis llamar y así os visita.

EL EVANGELIO DEL DOMINGO

Hoy, el Evangelio nos invita a contemplar la fe de este leproso. Sabemos que, en tiempos de Jesús, los leprosos estaban marginados socialmente y considerados impuros. La curación del leproso es, anticipadamente, una visión de la salvación propuesta por Jesús a todos, y una llamada a abrirle nuestro corazón para que Él lo transforme.

La sucesión de los hechos es clara. Primero, el leproso pide la curación y profesa su fe: «Si quieres, puedes limpiarme» (Mc 1,40). En segundo lugar, Jesús -que literalmente se rinde ante nuestra fe- lo cura («Quiero, queda limpio»), y le pide seguir lo que la ley prescribe, a la vez que le pide silencio. Pero, finalmente, el leproso se siente impulsado a «pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia» (Mc 1,45). En cierta manera desobedece a la última indicación de Jesús, pero el encuentro con el Salvador le provoca un sentimiento que la boca no puede callar.

Nuestra vida se parece a la del leproso. A veces vivimos, por el pecado, separados de Dios y de la comunidad. Pero este Evangelio nos anima ofreciéndonos un modelo: profesar nuestra fe íntegra en Jesús, abrirle totalmente nuestro corazón, y una vez curados por el Espíritu, ir a todas partes a proclamar que nos hemos encontrado con el Señor. Éste es el efecto del sacramento de la Reconciliación, el sacramento de la alegría.

Como bien afirma san Anselmo: «El alma debe olvidarse de ella misma y permanecer totalmente en Jesucristo, que ha muerto para hacernos morir al pecado, y ha resucitado para hacernos resucitar para las obras de justicia». Jesús quiere que recorramos el camino con Él, quiere curarnos. ¿Cómo respondemos? Hemos de ir a encontrarlo con la humildad del leproso y dejar que Él nos ayude a rechazar el pecado para vivir su Justicia

ACTIVIDADES PARROQUIALES DE ESTA SEMANA

COMIENZO DE LA CUARESMA

El próximo día 14 iniciamos la Cuaresma con la celebración del Miércoles de Ceniza. En todas las misas que se celebran ese día se hará la imposición de la Ceniza. 

VIA CRUCIS

Como es habitual, haremos cada viernes el Vía Crucis al final de la misa de las 19,00, también, este  viernes habrá un Vía Crucis por el matrimonio, 20h30 en la Iglesia San Bartolomé

 

La parroquia publica también cada semana un Boletín Informativo digital que se distribuye por WhatsApp. Si quiere recibirlo envíe un mensaje al teléfono 636510356.