“…se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, en el monte los Olivos,…” (Mt. 21,1): Ya había profetizado Zacarías, que el Mesías vendrá del este de Jerusalén (Zac. 14,4); y entrará a la ciudad por la puerta del Este, también llamada Dorada o la Hermosa. Pero, más importante que de dónde llegó Jesús a Jerusalén y por qué puerta entró en la ciudad, es que especialmente estos días el Señor entre en tu corazón y el mío y los transforme.
“…envió a dos discípulos,…” (Mt. 21,1): Si es esencial que tú y yo, individualmente, demos testimonio de Jesús; es necesario que tú y yo, como miembros de la Iglesia, como pueblo de Dios, vivamos según las enseñanzas de Jesús, y la gente vea, aprecie,… nuestro modo de vivir, y den gloria a Dios (Mt. 5,16).
Y S. Mateo fija su vista en la cabalgadura de Jesús (Mt. 21,7): ¡¡Un burro!! Puede parecer una imagen grotesca, subversiva, incluso, absurda,… Los grandes personajes, los reyes, los líderes, los caudillos,… montan caballos soberbios, fuertes, elegantes,… Pero, el Señor lo hace “…para que se cumpliese lo dicho por el profeta:…” (Mt. 21,4) y el evangelista entremezcla las profecías de Zac. 9,9 e Is. 62,11 (Mt. 21,5), porque Jesús no es un rey “normal”, el es “…manso y humilde de corazón,…” (Mt. 11,29). ¿Y nosotros, somos pacíficos, buenos, obedientes,… a la voluntad de Dios? ¿Somos humildes?
La muchedumbre alfombra el suelo con sus mantos, cortan ramas de los árboles (Mt. 21,8) y las agitan, aclamando a Aquel “¡…que viene en el nombre del Señor!” (Mt. 21,9). Cantaban de alegría los ángeles la noche de Belén (Lc. 2,13-14), hoy son los habitantes de Jerusalén quienes glorifican al Señor. Pero, ¡¡cuidado!! Estos mismos, días después, gritarán ante Pilato, “¡Sea crucificado!” (Mt. 27,23). Así de incoherentes somos también nosotros.
Y, al final de la escena, la pregunta que Jesús ha querido que nos hagamos continuamente a lo largo de todo el Evangelio: “¿Quién es este?” (Mt. 21,10). Y una respuesta: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea” (Mt. 21,11). Ante Jesús cabalgando sobre un burro, ante Jesús en la multitud de escenas de su Pasión y, especialmente, ante Jesús crucificado y muerto,… te invito que en estos días te preguntes y respondas sinceramente: ¿Quién es Jesús para mí?