Vamos a fijar nuestra mirada en los personajes principales de esta escena:
Lázaro: Es un gran amigo de Jesús (Jn. 11,3.5), incluso, ante las lágrimas de Jesús por su muerte, habrá quien diga: “¡Cómo le quería!” (Jn. 11,36). Y se insiste sobre su muerte física (Jn. 11,17.39). Al final de la escena, Lázaro sale del sepulcro con los pies y las manos atados (Jn. 11,44), símbolo del poder del mal y de la muerte, que atenaza y paraliza. ¿Hay alguna losa en tu vida cuyo peso parece que es mayor a tus fuerzas? ¿Necesitas ser sacado de algún sepulcro o liberado de alguna atadura?
María: Según nos dicen los Evangelio se destaca en su relación con Jesús, es la que escucha atentamente a Jesús (Lc. 10,38-42), es la que ungirá los pies de Jesús (Jn. 12,1-3). Hoy hace a Jesús el mismo reproche que su hermana Marta, pero antes le hace una reverencia (Jn. 11,32). ¿Adoro al Señor, a pesar que los acontecimientos no sean los propicios?
Marta: Lo primero que hace es reprochar a Jesús su ausencia: “Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano” (Jn. 11,21), para seguidamente hacer profesión de fe en Jesús, que es “…la resurrección y la vida:…” (Jn. 11,25): “Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo” (Jn. 11,27). ¿Alguna vez he reprochado a Dios su “ausencia”?
Jesús: Vuelve a presentarse ante nosotros profundamente humano y divino. Se estremece y llora ante la muerte de su amigo (Jn. 11,33.35); reza a Dios Padre (Jn. 11,41-42) y, sobre todo, es “…la resurrección y la vida:…” (Jn. 11,25). Este milagro, como tantos otros que salen de las manos de Dios es “…para que creáis” (Jn. 11,15.42). ¿Creo en la resurrección de los muertos? ¿Creo que Jesús es nuestra Resurrección y nuestra Vida? Al ver a Jesús estremecerse y llorar, ¿te conmueves ante el sufrimiento ajeno?, ¿haces algo por “desatar pies y manos” de tantos “lázaros” que encuentras en la vida?