El mismo Espíritu que se había posado sobre Jesús es el que le lleva “…al desierto… para ser tentado por el diablo” (Mt. 4,1), este fastidioso personaje que, no únicamente hoy, sino todos los días de su vida terrestre, va a estar presente, tentando a Jesús, como lo hace con nosotros. Aquella persona que desea caminar por este mundo siguiendo los pasos de Jesús, se verá tentado continuamente; el diablo no necesita esforzarse con aquel que vive alejado de los caminos del Señor.
¿Desearemos que “las piedras se conviertan en pan” (Mt. 4,3-4)? O lo que es lo mismo, ¿acaso no tenemos el ansia de poseerlo todo y sin mayor esfuerzo? O lo que es lo mismo, ¿qué clase de Dios es este que envía al mundo a alguien que no es capaz de solucionar el hambre?, dice el diablo a Jesús. Y la respuesta de Jesús a esta tentación es precisa: Solo desde la obediencia a la Palabra de Dios nacerán y crecerán los sentimientos y acciones que permitan proporcionar pan para todos.
¿”Usamos” a Dios, para que todo el mundo nos reconozca lo bueno que somos, o somos buenos para que todo el mundo reconozca la bondad de Dios (Mt. 4,5-7)? ¿Aprovechará el Señor que es el Hijo de Dios, para que su misión en este mundo sea más fácil de llevarla a cabo? La respuesta de Jesús vuelve a ser clara: “No tentarás al Señor, tu Dios” (Mt. 5,7): En todo lo que hagamos, digamos,… el importante es Dios y no nosotros (aunque para Dios los importantes somos nosotros). La acción más admirable de Jesús será entregar su vida en la Cruz, para la salvación del género humano.
¿Acaso no hemos soñado en alguna ocasión con tener poder,… todo el poder del mundo (Mt. 4,8-10)? El afán de mandar,… o lo que es lo mismo, ¿no será la misión de un “salvador” el traer la paz al mundo, el bienestar para todos,… de cualquier manera,… aunque sea traicionando la voluntad de Dios?, está preguntando el diablo a Jesús. Y la respuesta a esta tentación es “Al Señor tu Dios adorará y a él solo darás culto” (Mt. 4,10): Si damos verdadero culto a Dios, esta adoración nos llevará a buscar el bien de todos,…
Lo que el diablo va a intentar hacer en esta escena y a lo largo de toda su vida, es alejar a Jesús de ser el “Hijo amado, el obediente a Dios Padre” (Mt. 3,17); lo ha intentado y conseguido en infinidad de ocasiones contigo y conmigo,… ¿Qué me propone hoy Jesús?: Vive con Dios y desde Dios; no te sirvas de Dios; sólo Dios es el Señor. Vive así y serás un buen discípulo de Jesús.